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Campo: crece la producción pero no los tambos

Los datos oficiales, aún preliminares, dicen que en el año pasado se produjo en el país un 5 por ciento más de leche que el anterior, que se notó una recuperación de dicho crecimiento en diciembre y que todo se logró con una reducción del 2,4 por ciento del número de tambos y una suba del 7,4 por ciento en la producción por tambo.

Todavía contamos con pocos datos de 2006. Algunos oficiales, como los de la Santa Fe, que tuvo un crecimiento interanual de 11.35 por ciento en el mes de enero y otros extraoficiales, de Buenos Aires, que estaría creciendo entre el 6 y el 8 por ciento en enero y febrero, sobre el 2005.

Igualmente, por estacionalidad, los recibos de las fábricas cayeron alrededor del 5 por ciento en enero y otro tanto en febrero, aunque se estabilizaron bastante en marzo, a nivel de Buenos Aires y continúan la baja (como es habitual) en Santa Fe y Córdoba. Esta dinámica ha hecho que algunos pronosticadores “alarguen” su estimado de crecimiento para 2006 hasta un 7-8 por ciento, mientras que los más cautos, prefieren mantenerse en el pronóstico de suba del 5 por ciento.

El otoño temprano, ofrece buenas condiciones para la implantación de verdeos y pasturas. Cosa que habrá que aprovechar, sobre todo ante la dificultad para seguir suplementando con concentrados, en los niveles en que se lo vino haciendo y en circunstancias en que se enfrentan incrementos significativos en los costos de producción. Por ahora, la “inercia productiva” predomina pero acotada por las condiciones desfavorables de comercialización que se ofrecen a los tambos.

Errores en el corto plazo: pan para hoy y hambre para mañana
Si la industria se deja llevar por una cierta “sensación de saciedad” que puede producir la continuidad en el crecimiento actual de la producción y concentra su atención en el resguardo de acuerdos corporativos y los que pueda hacer con el gobierno, dejando de lado a los tamberos, seguirán cometiéndose serios errores en nuestra lechería.

La advertencia ya fue planteada por la carta a la Industria de la Cuenca Oeste de Buenos Aires: no hay que guiarse por las apariencias superficiales, ni tratar de sacar excesiva ventaja de los socios en la cadena, a partir de un análisis muy a corto plazo, porque eso es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Gobierno, industrias y productores, cada uno desde su lugar, debemos decidirnos de una vez a tomar decisiones en el corto plazo, en función de garantizar un crecimiento sustentable en el mediano y largo plazo. Y ver la ventaja potencial que da colaborar y no perjudicarnos mutuamente. Cosa que además, será para beneficio de la población y los consumidores.

Las bondades de la sensatez
Hay voces que hoy piden sensatez en el otoño-invierno para que se pueda encauzar el mercado, evitando una eventual crisis en la próxima primavera. Nosotros estamos de acuerdo con el criterio, pero creemos que eso significa…

Para el gobierno: abrirse al diálogo con el sector sin prejuicios, incluyendo a los productores, tomar nota de que las retenciones sólo sirvieron para bajar el precio a los tambos y no son una herramienta adecuada para controlar la inflación. Y aceptar que es necesario buscar otros caminos hacia las soluciones de fondo, que estimulen más inversiones y crecimiento sustentable, para poder satisfacer la demanda interna y externa.

Para la Industria: priorizar el diálogo con la producción primaria y no pretender asociar a los tambos sólo en las “malas” (argumentando razones de mercado) y nunca en las “buenas” (desconociendo las posibilidades que da el mercado). Y corregir hoy el precio a los tambos, que puede mejorar, sin necesidad de trasladar nada a los precios de góndola.

Para los productores y consumidores: asumirnos como los sectores más perjudicados por las manipulaciones y la falta de transparencia en el mercado. Y mejorar la comunicación entre nosotros.

Mercado interno
La demanda permanece firme pero los consumidores han comenzado a dar algunas señales, que alertan sobre el nivel alcanzado por los precios de muchos productos lácteos, lo que ha dado lugar a la aparición de “ofertas” ocasionales, para proteger el posicionamiento de importantes marcas en los mercados de consumo masivo. El stock de polvo no superaría los niveles normales o “promedio” y no se trabaja con stocks de quesos significativos.

Mercado externo
Las primeras informaciones del Senasa en 2006, indicarían que en enero se exportó una cantidad de productos lácteos similar a la de 2005 (del orden de las 26500 toneladas). Si confrontamos esto con un aparente crecimiento de la producción del 8-10 por ciento, significaría que este año comenzamos a exportar un porcentaje menor de la leche que producimos.

Después de muchos años, se ha logrado diversificar las colocaciones en 112 destinos (siendo los principales: Argelia, Brasil y Venezuela), en este mercado que hoy mantiene la firmeza de su demanda, con precios que el Usda informa de 2100 – 2300 dólares por tonelada de leche en polvo, tanto en Europa como Oceanía.

Por lo que no parece atinado conspirar con retenciones contra esta actividad, que resulta indispensable para poder consolidar un crecimiento sostenido del sector lechero argentino.

Fuente: todoagro.com.ar

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