La parada no era simple ya que Regatas prácticamente no conocía la derrota en su estadio pero Libertad llegaba entonado por varias victorias consecutivas -las últimas dos ante Atenas- y el aliciente de quedar en la punta si ganaba ya que nivelaba la línea de Peñarol, aunque con un partido más. Sin embargo, las cosas no fueron para nada sencillas y tras una primera mitad pareja, el juego se fue inclinando a favor del local.
En un estadio donde sólo Boca y Ben Hur han podido ganar, Libertad trataba de hacerse fuerte, trabajando la pintura y buscando una efectividad inexistente desde la distancia. Del otro lado, los correntinos cargaban el poste bajo con Dionisio Gómez, López y Román González, presionando también desde los 6.25 con intentos de los perimetrales.
El cambio doble a doble era la constante, con distancias entre ambos que nunca iban más allá de los 2-4 puntos. El 39-36 del mediotiempo establecía a las claras cómo venían siendo las cosas: todo se definiría sobre la segunda mitad y mucho tendrían que ver los tiempos que manejaran unos y otros. «Tenemos esta diferencia en contra por apurados», dijo en uno de los minutos Bualó, reflejando cómo había jugado por momentos Libertad, apresurándose y tomando lanzamientos no del todo cómodos.
Al regresar del descanso, la cosa estaba bastante desorganizada en ambos equipos. Transcurridos casi tres minutos de juego, el parcial era de 2 para cada conjunto, aunque luego, los locales le fueron encontrando la mano a la defensa visitante para sacar una luz de nueve tantos 49-40. Así las cosas, con seis minutos disputados, los Tigres evidenciaban cada vez más una anemia en ataque similar a la del último cotejo ante Atenas, ya que sólo acumulaban cuatro puntos.
Allí apareció decidida la figura de Pelussi. El «Gringo» se hizo más grande aún y encarando y desde la línea de libres permitió que la distancia se redujera a tan solo tres puntos (50-47). No obstante y repitiendo el apresuramiento anterior, un par de acciones sobre el cierre el permitieron correr de contra a Regatas para escaparse 56-48.
En el tramo final, cuando parecía que los Tigres volvían a acercarse, apareció en todo su esplendor el «Negro» Acosta para sostener la distancia con 11 puntos en el tramo. Dos bombazos desde la distancia mellaron la resistencia visitante que pasó a estar nuevamente 9 puntos abajo (64-55 y 69-60). Esa fue la ventaja que tuvo al cierre Regatas: 78-69. De esta forma sigue ratificando la fortaleza de su localía, Libertad deberá esperar algo más para poder pelear la punta a Peñarol, por lo pronto, ahora tiene por delante a Sionista, en Paraná, otro que está siendo protagonista.