Sunchales diciembre de 1930.

Vista de la Plaza Libertad y alrededores en el año 1939.

Piano​
Aún persiste en el recuerdo de muchos vecinos de Sunchales la existencia del conservatorio de música «Lizt» que dirigía Juan G. Bosch. A comienzo de diciembre, rindieron examen las siguientes alumnas: Olivia Gorosito, Nelly Bonaudi, Aly Re, Olimpia Montalbetti, Estela Siccardi, Emerita Giraudo, Rosita Cipolatti y obtuvo el diploma de profesora de teoría y solfeo Isabel del Carmen Rodríguez Saralegui.​

En el conservatorio de violín de Adolfo Actis, rindieron con éxito Luis Pochón, Horacio Aresca, Horacio Rosanigo y Matilde Somadossi.​

Fútbol​
Al finalizar la temporada futbolística de 1930 se comentó que Lorenzo Panero había decaído en su limpio y efectivo juego como seguro del área penal del club Libertad, por cuya razón, el Consejo Unico de Rafaela no lo incluyó para los encuentros oficiales del Campeonato Argentino.​

«La Opinión» de Rafaela salió en defensa del zaguero, diciendo: «Fue un error del Consejo Unico no incluir al seguro Sunchalense en los encuentros oficiales por el Campeonato, argumentando que Panero estaba en decadencia, por cuanto, cuando acompañó al Atlético a Córdoba, fue la figura máxima del elenco y en el último Campeonato de la Zona Norte constituyó la figura central de todos los machts, aunque el título se lo llevara Independiente de Ataliva». Se hacía justicia.​

Box​
Los diarios de fin de año, comentaban que el púgil italiano Cámpolo, se entrenaba para un match con Luis Angel Firpo, recientemente vencido por Dempsey o con el español Uscudun.​

La escuela de la Capilla (Collino)​
Los colonos de Raquel protestaron por la supresión de la escuela Laynes de Capilla, por falta de alumnos; presentan un censo levantado por Aristo Cardia, redactor de El Comercio, en donde consta la cantidad de 35 niños en edad escolar, en un radio de 9 km.​

Nuevo Juez de Paz​
Después de 9 meses de ejercer la jefatura del Juzgado de Paz, el vecino Carlos A. Cravero, es reemplazado por el Sr. Mamy.​

Año nuevo vida nueva​
Así rezaba el artículo de fondo de El Comercio al finalizar el año 1930.​

Declara: «Deseamos para 1931 nuevos panoramas, anhelamos otros cielos, sentimos necesidad de otras cosas y más novedades. Quisiéramos todo renovado, cambiado, todo lo besado por el sol, transformado lo que vieron nuestros ojos, tomaron nuestras manos y acariciaron nuestras almas.​

Quisiéramos arrancar de cuajo el ayer y suplantarlo por la esperanza de hoy… Pero ante nosotros, hay una barrera infranqueable imposible de ponerla a nivel de nuestras aspiraciones, porque para ello deberíamos cambiarnos el alma y ello es imposible, luego, debemos seguir probando el acíbar del pasado, para promover un futuro mejor.​»

Terminaba augurando a los lectores y a todo el pueblo en general, un feliz y próspero año nuevo.