Centro de Formación Profesional CASIA – ATILRA: Una positiva experiencia

Nació merced a la firme y generosa determinación asumida por el Secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA), Héctor Ponce, quien cuando esta feliz iniciativa comenzaba a cristalizarse, allá por el segundo semestre del año 2009, manifestaba: “esto surge como consecuencia de un acuerdo formalizado entre la autoridad de aplicación: el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA) -única Confederación con Personería Jurídica dentro del ámbito laboral argentino- que agrupa a 17 organizaciones sindicales entre las cuales se encuentra ATILRA.

“Los objetivos de estos Centros -comentó- tienen que ver con el crecimiento intelectual de las personas y con la formación de las mismas, que es un elemento fundamental a tener en cuenta. En el caso de los ocupados, esta capacitación puede servirle para obtener un mejor trabajo, una mejor performance o una mejor alternativa laboral, dentro del contexto en el cual se desenvuelven y en el caso de los compañeros y las compañeras desocupadas, esta capacitación les da una herramienta fundamental para conseguir trabajo. Pero sin duda, el objetivo primario, principalmente, tiene que ver con la formación del individuo. Ese es el primer elemento que los seres humanos debemos tener en cuenta, o sea la formación intelectual e interior de cada persona”.

Esta particular experiencia formativa tiene como epicentros a San Miguel de Tucumán, ciudad de Mendoza, Mar del Plata, ciudad de Córdoba y Sunchales, respaldado por ATILRA.

A simple vista, el Centro de Formación Profesional CASIA-ATILRA Sunchales, era una gran incógnita, comparado con la densidad demográfica de las sedes que albergaban a sus pares, pero al igual que los demás, tenía estrictos requisitos que cumplir -en tiempo y en forma- y objetivos que lograr.

Sin duda, una tarea nada fácil pero de ninguna manera alguna imposible para el temple que caracteriza a ATILRA cuando la lucha por nobles objetivos, a favor de sus trabajadores, la convoca.

Y llegó el gran día. El momento y la fecha en que, en Juan B. Justo Nº 1289 de Sunchales abría sus puertas el Centro de Formación Profesional CASIA – ATILRA Sunchales. Una apuesta a la mejor formación del individuo. Era el 28 de agosto de 2009.

Orientación Laboral, Manipulación de Alimentos y Buenas Prácticas de Manufacturas y Alfabetización en Informática, fueron las especialidades elegidas para iniciar la tarea de capacitación específica, sumándose más tarde Informática para Jubilados.

Con la responsabilidad e idoneidad de un equipo de trabajo que supo transmitir de manera adecuada los conocimientos y pautas de estudio a un alumnado heterogéneo en todos los aspectos, más el aporte de moderna tecnología, fue posible llevar a cabo exitosamente el proceso de enseñanza-aprendizaje a tal punto que el Centro de Formación Profesional CASIA-ATILRA Sunchales, fue válido referente entre sus pares del país.

No sólo los afiliados a ATILRA en particular y los sunchalenses en general se beneficiaron con los Cursos de Formación sino también personas de una importante zona que incluye a: Rafaela, Ataliva, Aldao, Humberto, Arrufó y Tacural, por citar a algunos de los centros urbanos de la región. Al festejar el Centro su primer aniversario, pudo su gente y a la vez varios centenares de egresados, celebrar -con orgullo- el objetivo alcanzado.

En el inicio del ciclo lectivo 2011, el Centro de Formación Profesional CASIA-ATILRA Sunchales, amplió sus comodidades edilicias. Sin cambiar su ubicación geográfica dentro de la ciudad estableció el acceso por calle Frondizi Nº 96 e incrementó su oferta educativa, sumando a la ya existente, el Nivel 2 de Manipulación de Alimentos y Buenas Prácticas de Manufacturas, e Informática Aplicada.

El permanente incremento de aspirantes a estos cursos habla claramente que la comunidad no sólo ha valorado este tipo de formación educativa, sino también demuestra, la necesidad que de la misma había en el marco de una importante zona.

A sólo dos años de aquel comienzo, el Centro de Formación Profesional CASIA-ATILRA Sunchales, no sólo creció en todos los aspectos, sino que su positivo accionar le permitió alcanzar los objetivos que le dieron razón de ser. Testimonio de ello es el casi millar y medio de egresados que en su haber contabilizará al culminar este años lectivo, de los cuales muchos, no sólo han logrado acrecentar sus conocimientos sino también tener un mejor desempeño laboral y otros tantos han accedido a nuevas herramientas para insertarse en el mundo del trabajo cada vez más competitivo y exigente.

El balance no puede ser más positivo, lo que seguramente alentará a sus responsables a enfrentar nuevos y ambiciosos desafíos. Mientras tanto, la mejor recompensa en este segundo aniversario, sin duda, es la tranquilidad de haber contribuido a formar seres útiles a la sociedad y a sí mismos.

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