Fue una tarde de sensaciones opuestas ya que primero parecía que el albiverde se llevaba por delante a Mar del Plata ya que casi de los vestuarios, un cabezazo de Riberi lo adelantara. Claro que luego el calor y el buen pie de este Unión de Mar del Plata se encargaron de hacer cambiar el ánimo en la gente que desafió a la tarde (el partido arrancó con 44º) y se acercó al estadio de avenida Belgrano.
Lo mejor de la producción marplatense llegó inmediatamente después del tanto de apertura del marcador, haciendo que Diego Nuñez fuese la figura sacando dos mano a mano consecutivos. Luego la cosa se emparejó pero siempre la visita fue un poco más ambicioso… hasta que el desgaste empezó a hacer mella.
En la segunda parte hubo más de lo mismo: buenas intenciones por parte de los de Forestello y practicidad en la visita. Así, Unión de Mar del Plata terminó adelantándose con un tanto cuya concepción surge de una bandera que el asistente levanta y luego baja, generando así unos segundos de indefinición en la defensa local, suficientes para que, en la jugada siguiente, se concretara el gol. Así, junto con las nubes amenazantes, el horizonte del local también se oscurecía. El DT metió mano en el banco y trató de poblar aún más la zona de ataque pero no siempre cantidad equivale a cantidad y así, las situaciones de gol se fueron distanciando aún más en el local que era puro nervios.
Casi sobre el cierre mismo, con cinco minutos de adición llegó el cabezazo salvador de Zárate. El «diez» local que estaba siendo cuestionado desde la platea terminó dándole el empate que se festejó como un triunfo. Luego incluso Mazzón generó cierta situación extraña al expulsar a un jugador de Unión, dar nuevamente dos minutos de descuento y permitiendo que llovieran un par de centros en el área visitante y alguna contra en la local. Afortunadamente por el espectáculo, nada terminó en gol por lo que el empate termina siendo justo, especialmente en premio al esfuerzo físico, no así a la entrega futbolística.
