(Diario Epoca) – La frustración tras el silbato final del árbitro se reflejó en la gente de Boca Unidos, que llegó ilusionado a la cancha de Huracán Corrientes ante la gran posibilidad que tenía de avanzar al tercer puesto en caso de ganar. Pero una vez más Libertad de Sunchales fue un “villano” y terminó quedándose con el triunfo por 3 a 2, que lo afirma como tercero en el Grupo B tras cumplirse ayer la 28ª fecha del Campeonato Argentino A que organiza el Consejo Federal de Fútbol.
De este modo, el conjunto de la ribera correntina no pudo salir airoso frente al bien estructurado equipo santafesino, con el que empató en dos oportunidades (0-0) y perdió las dos restantes (3-0 y 3-2). Pero ayer resignó algo más que tres puntos, también dejó escapar sus ilusiones de seguir avanzando hacia los play offs de la ronda final del campeonato, en el que estará en juego un ascenso directo a la Primera B Nacional y otro mediante la promoción.
Existieron factores que influyeron en la derrota, más allá de las cualidades de Libertad. Boca Unidos salió a jugar con intenciones de prosperar en la ofensiva, parando una línea de tres, cuatro medio campistas y un tridente en ataque, dejando en evidencia la ambición de salir a buscar los tres puntos.
Sin embargo los intérpretes parecieron no ser los indicados para ejecutar el planteo táctico del entrenador Gustavo Jones. Faltó el director de orquesta, el dueño de la batuta y entonces la música salió desafinada. Faltó el conductor del juego atildado, el que asegure la posesión de la pelota y le brinde fútbol claro en el momento en que Boca Unidos ponía la mira en el arco rival.
De nada sirvió poner un tridente ofensivo sin el jugador capaz de armar el juego de tres cuartos de cancha en adelante; porque la buena tarea de Miguel Benítez (quitando y distribuyendo) y Franco Amaya (un gol y la regularidad de siempre para cortar) no encontró eco en los carrileros Ariel Godoy y Pablo Motta, que ayer aportaron poco en ataque y dejaron algunos claros a sus espalda. Especialmente el del sector izquierdo por donde Gabriel Correa, de muy buen rendimiento fue el gestor de los tres goles.
El partido comenzó favorable a Boca e incluso un cabezazo de Amaya estuvo a punto de ponerlo en ventaja, sin embargo Libertad respondió enseguida dejando en claro que no vino sólo a defenderse. El astuto Cristian Torres jugó como un pívot en ataque y con la “complicidad” de Gabriel Correa, de lo mejor de la cancha, complicó a una defensa que ofreció poca solidez. Sobre todo cuando el “8” Correa le ganaba astutamente la espalda a Motta para llevar peligro.
Como a los 3’ cuando fue libre a buscar un pase profundo de Torres, pero se demoró frente al arquero malogrando una nítida chance para anotar.
De a poco Libertad fue llevando a Boca al juego que más le convenía. Lo obligaba a tirar centros y por arriba siempre ganaron los “lungos” Ficetto y Roldán. Entonces se notó la falta de circulación de pelota por abajo. Los toques cortos y pases profundos, de esos que lastiman a la defensa rival. Por eso faltó emoción y un fuerte tiro libre de Eric Villalba que rechazó con esfuerzo el golero, su máxima aproximación.
Para colmo, a los 37’ Correa avanzó por la derecha y la cruzó para la llegada de Cejas en el sector opuesto, salió tardíamente el golero Lucas García y le cometió penal. Cristian Torres demostró su experiencia descolocando al arquero con remate al lado izquierdo, abriendo el marcador.
En el segundo tiempo el técnico Gustavo Jones lo puso a Matías Padilla con la idea de dotarle al equipo más juego ofensivo. Pareció que tendría éxito porque a los 3’ Giovenale devolvió un balón al área y Franco Amaya la mandò adentro mediante un cabezazo. Enseguida lo desplazaron desde atrás al mismo Amaya (pareció penal) cuando se disponía a cabecear frente al arco con chances de convertir el segundo gol. Y tras cartón un remate cruzado de Ricardone salió cerca. Sin embargo fue Libertad el que volvió a ponerse en ventaja. Cuándo no, Gabriel Correa recibió sobre la derecha, lo dejó a Motta en el suelo y metió al área, allí la bajó de cabeza Torres no llegó nadie al cierre y Fragatta -cerca del segundo palo-la empujó adentro; después el árbitro dejó pasar un claro penal de Ricardone a Correa (lo derribó desde atrás). Hasta que a los 20 entró César Martínez en lugar de Medina y tres minutos después, desde 40 metros mandó un centro, la pelota tomó efecto y se metió en un ángulo alto, anotando un verdadero golazo. Además, en la acción anterior Libertad quedó con 10 por expulsión de Ferrero.
Pero cuando la gente de Boca todavía festejaba, a los 23′ Gabriel Correa la cruzó hacia la izquierda para la entrada de Víctor Cejas, amagó ante losdefensores y la «pinchó» sobre el arquero.Su perfecto toque de derecha entró suave estableciendo el tercero de Libertad.
Cayó como un balde de agua fría y a partir de ahí Boca Unidos fue una furia, se lanzó a buscar el empate y aunque lo hizo con pocas ideas, estuvo cerca del empate.Una pelota enviada por Godoy cruzó el arco, un cabezazo de Villalba «arañó» el travesaño, luego Padilla la bajó y Godoy remató desviado.Ahí pareció que la injusticia se consumaba.
Para colmo, en la última jugada Martínez no le dio bien frente al arco, se elevó el balón que le quedó a Cristian Núñez, cuya tiro de media vuelta rebotó en el pecho del golero, frustrándose la última acción de Boca Unidos, que regaló un tiempo y terminó con las manos vacías.
