Al igual que frente a Libertad, y sabedor de las necesidades de sumar la mayor cantidad de puntos posible a la brevedad, Gustavo Barraza volvió a armar un equipo sumamente ofensivo desde el medio hacia adelante.
El que sorprendió fue el técnico rival quien estando a 3 puntos del líder, Crucero del norte, apostó a Balvorin como único delantero de punta, con 4 en el fondo y 5 en el medio.
En el primer tiempo, Unión salió a presionar bien cerca del círculo central con un muy buen trabajo de Pautasso y Calamari en la recuperación para hacerse del balón.
Fraire fue entrega y subida permanente por la izquierda, Iglesias se tiró unos metros más atrás y fue el socio de todos, mientras que Silba por el medio y Ochoa por afuera arrimaban peligro al arco de Hoyos.
Unión merodeó el arco de enfrente, insinuó peligro pero no tuvo la claridad suficiente para definir, mientras que San Martín cerrado atrás, contragolpeó con el manejo de Patricio Rodríguez y la experiencia de Balvorin único delantero definido.
En el complemento Unión pudo haber rubricado toda esa entrega en la red cuando a los 15’ tuvo un penal a su favor, pero el remate deficiente de Iglesias fue rechazado por el arquero Hoyos. Había que “dar de nuevo”.
Por su parte, en la visita, el ingreso de Herrera le dio mayor dinámica y “casi pidiendo permiso” se fue a jugar en terreno de Unión donde, cerca de la media hora de juego, tras un tiro de esquina, Loeschbor de cabeza derrota a Ocampo poniendo el 1 a 0. Demasiado premio para un equipo que había atacado poco.
Ya con Molina y Soldano en la cancha, el local se fue decididamente sobre el arco de hoyos, y le sacaron una pelota en la línea, y le anularon un gol y un remate salió abajo apenas afuera, hasta que llegó la jugada del minuto 90.
Tiro libre apenas fuera del área, para que Joaquín Molina meta un remate perfecto junto al caño izquierdo de Hoyos y convierta un verdadero golazo, para poner justicia al empatar el partido en uno, resultado que se ajustaba a lo acontecido en el trámite del juego.
