Esbozos sobre cultura y educación

(Por: Daniela Spano) –Para poder hablar sobre Etica y Cultura, debemos saber primero cual es su significado.

Etica: del latín ethica, «filosofía moral», ella tiene como objeto de estudio la moral y la acción humana.

Cultura: es el conjunto de todas las formas de vida y expresiones de una sociedad determinada.

Por lo tanto el individuo es libre para elegir, pero esta libertad esta circunscripta al abanico de posibilidades que la sociedad le ofrece y posibilitada a que el individuo acceda según sus condiciones sociales e históricas.

En este sentido el individuo no es libre, sino que esta sujetado por todo tipo de restricciones impuestas por los sistemas de saberes y poderes.

Lo importante es que esta persona inmersa en este contexto social pueda ejercer el individualismo de «ser», de ejercer su «ser» para poder crecer como persona única, siendo la cultura uno de los pocos medios que tiene para lograr el mismo y ejercer asi la esencia más primordial que tiene el ser humano que es la libertad.

La cultura o los eventos culturales, ponen en juego lo creativo, lo no reglado, lo distinto, lo no escrito, lo no pautado, ya sea siendo el individuo el creador de la misma (actor/es) o bien siendo un participante activo, en donde se pone en juego la imaginación, interpretando en forma única, individual y personal lo que el o los actores quisieron decir.

Es construir el mundo desde lo emotivo primero y luego lo racional y no como se da en los otros contextos en donde lo pautado presupone solo lo racional y deja muy poco espacio o casi nada a lo emotivo.

Creo que la cultura, es lo que escapa a las reglas, normas, poderes, deberes y obligaciones que se nos imponen (aunque creamos propias) y hace que la persona pueda ser única, individual, imaginativo, creativo y emotivo y no solo un ente que va por la vida creyendo ser libre pero acatando solo modelos impuestos por terceros.

Sociedad , cultura y educación
La formación humana se lleva a cabo por vía del encuentro con lo real, que no se logra mediante la simple afirmación de si mismo frente al entorno, sino que requiere una entrega confiada y humilde. Alcanzar esta forma relevante de unidad es la meta de la formación humana.

La relación dialéctica entre lo social y lo individual permite definir a la ética como la actitud con que el individuo enfrenta sus problemas y a la ética social como la actitud que la sociedad asume en su conjunto frente a los problemas que la aquejan globalmente. Actitud que tiene su apoyatura en ciertos y precisos valores. Según sean esos valores, la actitud del individuo o la sociedad estará en mejores o peores condiciones para hacer frente a los obstáculos. Los valores son el factor aglutinante con que cuenta una sociedad para establecer la unidad de conciencia capaz de enfrentar la crisis histórica que la aqueja.

Restringir el ámbito educativo a la esfera institucional es ingenuo. El peso de las instituciones es ínfimo en la función educativa. El individuo se educa hoy en la praxis social y se adapta a la sociedad conforme sean los valores que ésta acepte o rechace.

Cada cosa que le pasa al hombre es expresión del modelo social histórico en el que está inmerso. Es falaz la manera de entender la dignidad (calidad de vida) como un problema individual. Es transformando o dignificando la vida social (cualificándola), como se transforma o se adquiere una vida individual cualitativamente diferente. Es en este marco donde se hace necesario hacer referencia a la cuestión de la educación. Para muchos la educación sigue siendo el mito salvador de la humanidad. Tanto más si se cree que educarse consiste en pasar por las aulas de una escuela o universidad.

Restringir el ámbito educativo a la esfera institucional es ingenuo. El peso de las instituciones es ínfimo en la función educativa. El individuo se educa hoy en la praxis social y se adapta a la sociedad conforme sean los valores que ésta acepte o rechace.

Al igual que la escuela, el poder del estado planifica la «enseñanza» para domesticar a la sociedad e imponerle un sentido específico. Así, la educación resulta ser la conducción política de la sociedad y, a través de ella, de los individuos para la asimilación de precisos valores o antivalores tamizados desde el poder. Pero no se trata de una educación de contenidos ni de métodos, sino de una educación común sobre valores impuestos, donde los que no aceptan esa escala de valores, quedan relegados o fuera de lo que dentro de la sociedad establecida se considera «normal». Y los mecanismos para «atenderlos» varían desde la represión física hasta la marginación social.

Por todo lo expuesto hasta aquí, creo que es preciso ubicar a las instituciones educativas en el contexto de la sociedad en las que están insertas, y reconocerlas en la tarea que cumplen en realidad. La institución educativa como cualquier otra institución del sistema es reproductora y difusora de los valores «impuestos». En el terreno de lo ético, en general, no es crítica, ni busca la posibilidad de la dinámica moral a través de la confrontación de los modelos aceptados con otros alternativos…

Quiero agradecer la colaboración para el desarrollo este artículo del profesor de Literatura Daniel Góngora.

Gracias, nos vemos con la segunda parte de este tema previo a un informe aprovechando vísperas de carnaval con un artículo dedicado a orígenes del mismo y murgas.

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