Más allá de tener el objetivo de la permanencia cumplido, no era para Libertad un partido más el de anoche. Sucede que, a pocas horas de comenzar con el playoff de Octavos de Final, recibir al escolta Instituto, permitía suponer una buena presentación, acaso un triunfo y con el mismo un envión anímico.
Pues bien, nada de eso sucedió. Luego de un primer tiempo relativamente parejo, el elenco de Saborido se desdibujó y fue ampliamente superado por un rival que no perdonó y llegó a sacar nada menos que 36 puntos de diferencia.
Que los Tigres no hubieran ganado ninguno de los cuartos terminó siendo todo un síntoma de lo que sufrió el partido. Esta amplia derrota llega en el peor momento ya que en pocos días, Saborido deberá revertir el ánimo para intentar robar algún juego en Corrientes.
Instituto fue un tsunami
(Por: Prensa Libertad) – Liderados por Green y con buenos porcentajes de enceste, los cordobeses lograron distanciarse a 9 promediando el primer capítulo (6-15). El moreno y Clancy fueron un problema para el local en la pintura sumado a un tiro de Piñero. Pero Green se apagó y su salida le dio más paridad física al cotejo. Caffaro (8) y Copello (6) encabezaron la remontada para ponerse a la mínima diferencia aunque La Gloria pudo estirar la ventaja a 2 (18-20) antes del descanso corto.
El equilibrio se estiró en los minutos iniciales del segundo período, hasta que el «Chuzito» González pateó el tablero. El francotirador sumado a Piñero volvieron a ensanchar la grieta a 9 (28-37). Sin embargo, comandados por Copello, los Tigres volvieron a estrujar la desventaja para retirarse a los vestuarios por media decena abajo (34-39).
Lo que nadie imaginaba era que el duelo se iba a definir en el tercer capítulo. Porque Instituto fue una verdadera aplanadora, con un Green muy inspirado que aportó 11 en la primera mitad del cuarto. No fue el único: la visita redondeó contundentes 33 puntos y tuvo otros contribuyentes para tamaña producción: Whelan se lució con 7 y los perímetrales Scala y González entregaron 5 cada uno para cerrar por una veintena arriba (52-72).
El último capítulo estuvo demás porque los dirigidos por Facundo Müller mantuvieron su contundencia ante un rival desorientado que a esa altura ya no le salía nada. La máxima tocó los 36, depositándose en los 35 finales.
