Aunque todas las estadísticas estaban a su favor, Libertad cedió por segunda vez su localía en un ajustado 74-76 ante Independiente de Santiago, el equipo de peor rendimiento en la Conferencia Norte, el que aún no había podido ganar en condición de visitante y seguramente el que le dará al aurinegro enseñanzas importantes a futuro.
El encuentro comenzó como se esperaba, con los dirigidos por Montenegro intentando encontrar resquicios por donde atacar. Curiosamente, erraban tiros bajo el aro o bandejas pero al mismo tiempo se encontraron con una efectividad desde la distancia altísima que obligaba a seguir explotando esa vía. El local, por su parte, entró en ese juego enredado y con un Barovero con doble o triple marca, se perdió y no supo atacar con certeza. El 13-21 con el que cerró el cuarto así lo demuestra.
El segundo cuarto fue una muestra acabada del sistema de juego al cual apostó la visita, convirtiendo 5 triples y 5 dobles, aunque estos últimos en el cierre del tramo y de contragolpe. Frente a un dubitativo y desconocido Libertad, los de Santiago se fueron al descanso con la máxima ventaja: 33-47.
El regreso tras el descanso largo hizo pensar que finalmente el aurinegro iba a poner las cosas en su lugar. Con intensidad se impuso 28-16 y niveló las acciones en 61.
No obstante, terminó siendo un oasis en una noche negra ya que el equipo en sí volvió a perder ímpetu y la visita se convenció de que no solamente podía llegar a un cierre parejo sino incluso lograr lo impensado. Dispuestos a luchar cada bola como si fuera la última, dispusieron de la última jugada y con 10 segundos, Readus se vistió de héroe para convertir el doble que le dio una victoria que pocos tenían en el radar.
