Escuchar los comentarios que iban efectuándose en cada una de las máquinas, genera una clara idea de lo que estos vehículos significan para cada uno de sus propietarios y familiares. Otorgarles nombres y personalidades es lo menos que se pudo percibir en la recorrida que abarcó las dos cuadras de la dársena sur de la plaza Libertad.
Al medio, como no podía ser de otra manera, en un merecido sitio destacado estaba el vehículo de Vicente «Chente» Cipolatti, que por unas horas abandonó el interior del Museo para ver nuevamente las calles sunchalenses.
También llamaron la atención dos antiquísimos modelos reconstruidos por Florentino Viale. La estrella que siempre llama la atención es el Fiat de 1899, modelo «Vis a Vis» 4HP, motor trasero de cuatro tiempos, con dos cilindros horizontales, cilindrada de 690 cc. y enfriamiento por agua.
