Mensaje de despedida de Alejandro Sola

A través de estas pocas palabras quisiera dar un gracias grande a Dios por el don de la vida, de la fe y de la vocación.

Por el regalo que me hizo siendo seminarista y diácono en las comunidades de Ataliva, Humberto 1º y Moises Ville. Por los hermosos cuatro años vividos en las comunidades de Sunchales y Lehmann. Por la guía y acompañamiento siempre cercano de Monseñor Franzini. Por el regalo de los hermanos sacerdotes (P. Héctor, del P. José María, P. Raúl y P. Antonio) que fueron signos vivos de amor y entrega sacerdotal. Por el testimonio de la vida religiosa y laical que me ayudaron a crecer en el aprecio a las vocaciones y a los carismas que enriquecen la vida de la Iglesia. A todos los que han sido parte de mi vida y ministerio en estos años les agradezco con estas pobres palabras… y les pido perdón por todo aquello que, por acción u omisión, no haya sido reflejo del corazón del Buen Pastor.

Y a los hermanos de la comunidad de San Cristóbal, que aún no conozco, quisiera expresarles que los llevo ya en el corazón y en mis oraciones.

Gracias Señor, por tu misericordia y tu fidelidad. Por tu amor de Pastor que nos atrae y nos rescata; que nos llama y nos envía.

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