Es bastante sencillo desear buenos augurios en forma global, sin embargo cada uno de nosotros recibe o celebra la Navidad de una manera distinta, según su situación familiar, económica, laboral… además de sus creencias obviamente… para algunos el brindis será con champagna de primera calidad, especialmente seleccionada, para otros será con una sencilla sidra lograda a través de un bolsón social, tal vez… en el medio, infinidad de variantes, según como la vida nos encuentre en ese momento…
…Sin embargo, en todas las situaciones, es necesario que encedamos, aún imaginariamente, la vela de la esperanza, ese sentimiento que hace que cada día nos levantemos y empecemos otra vez, como si nada hubiera pasado…esperanza en un país mejor, esperanza en una sociedad más justa, esperanza en la sabiduría del hombre para mejorar la calidad de vida de todos, esperanza en que, haciendo cada uno lo suyo como si fuese a cambiar el mundo con eso, contribuye a hacerlo un poco mejor. Esperanza… ¿acaso podríamos vivir sin ella?, aunque no sepamos expresarlo con palabras.
Dice la creencia popular que debemos encender cuatro velas, una para la Paz, una para la Fe, una para el Amor y una cuarte para la Esperanza… esa cuarta es la que va a mantener a los otras tres encendidas.
Es el deseo de Natural.
