La Ordenanza Nº 1831, del año 2008, ha sido una excelente herramienta para conocer detalles acerca del accionar de las diferentes áreas del Gobierno. En dicha normativa, el cuerpo de concejales, dispone dos veces al año de la posibilidad de escuchar lo hecho, conocer los proyectos inmediatos y también plantear aquellas preguntas que van surgiendo entre cada semestre y que van más a fondo, despegándose de las consultas más cotidianas y continuas.
La contra de dichas convocatorias siempre fue su extensión. Habida cuenta de esto, pareciera ser que los ediles no tomaron aún nota de dicha situación como para establecer parámetros claros de tiempo de exposición y preguntas o el desdoblamiento de las visitas en dos jornadas.
No obstante, si se quiere, estos aspectos son un detalle menor, toda vez que para que los mismos tengan lugar, es obligación que primero se registre la visita de los funcionarios propiamente dicha.
Han pasado ya dos semanas del plazo fijado por Ordenanza y otra vez el Ejecutivo deja un mensaje claro respecto del cumplimiento de las normativas locales: no está demasiado interesado. Así como se incumplen no menos de tres Ordenanzas en la web Municipal, o la de Auditoría Externa, aquí también se ha resuelto ir por el mismo camino. ¿Cuáles pueden ser los argumentos para no concurrir? ¿Demasiado trabajo? ¿Agendas atestadas? Lo cierto es que este compromiso es bianual y claramente está fijado a fuego en cada agenda, demandando un día cada seis meses.
Los ediles no oficialistas dejaron ya semanas atrás entrever una cierta preocupación por la tardanza en la convocatoria de parte del Intendente a una Sesión Extraordinaria para cumplir con su obligación de elevar a los Secretarios al Recinto Deliberativo. Dicho malestar llegó con claridad al despacho del mandatario pero no ha habido aún una respuesta positiva.
La posibilidad de tener a los Secretarios a disposición, permitirá a los concejales no solamente conocer la marcha de cada área específica, sino ahondar en varios temas. Hay numerosos planteos que se han ido acumulando en la última parte del año pasado y la primera del actual, los cuales, bajo la característica de ser Minutas de Comunicación, fueron literalmente ignoradas en cuanto a las respuestas. Pues bien, será esta una buena ocasión para contar con esas mismas acciones pero en vivo (con el plus que ello significa), debiendo seguramente más de un funcionario, apelar a las buenas artes oratorias para explicar el porqué de la demora o no respuesta de dichas Minutas, así como también aventurar explicaciones y datos que bien pudieron preparar con tiempo y tranquilidad.
Más allá de estas meras especulaciones, tal como se dijo antes, mientras no se registre la convocatoria del Intendente, todo esto será precisamente un análisis vacío, desprovisto de realidad, aunque con un peso que el paso del tiempo hace cada vez más fuerte y contundente.
