Septiembre asoma en el almanaque y trae sus múltiples atributos de la naturaleza. Unidas a ellos, llegan las fechas que son aniversarios de nacimientos como pilares dentro de una comunidad.
Hace cuarenta y cinco años nacía en nuestra ciudad una nueva escuela para satisfacer las necesidades de la población infantil en el Barrio SanCor. Una casa alquilada por el Ministerio de Educación en la Avenida Belgrano se destinó para su funcionamiento. Estrecho espacio para ilusiones tan grandes; el campito al frente sería el patio de juegos durante los recreos, bajo la mirada atenta de las maestras.
Algo más al norte, cercano al natatorio del Club Atlético Unión, se iba gestando otra auspiciosa realidad. La compra de un terreno y los acuerdos entre la Municipalidad local y el Ministerio cristalizaron el sueño de la casa propia para ser estrenada un 15 de marzo de 1982, con la presencia de las más altas autoridades políticas de la provincia y también las del Cooperativismo local, debido al nombre que luciría la Escuela N° 1212 “Pioneros de Rochdale”, para rendir homenaje a la primera manifestación de unidad en los esfuerzos laborales, revelada en Inglaterra. Para los patronos de las aulas se seleccionaron personalidades de la historia sunchalense.
El crecimiento jamás se detuvo. La suma de alumnos requirió la construcción de nuevas aulas, mayor personal docente y un ascenso a segunda categoría por el crecimiento de su matriculación. La obra de los cooperadores y las madres coronó con éxito cada emprendimiento encarado. La radio escolar, el patio cubierto como espacioso y moderno salón de usos múltiples; la primera Cooperativa de carácter interno insertó a los alumnos en el funcionamiento de la misma como aprendizaje para el futuro. Numerosos proyectos se consumaron y la muestra de sus productos revela una feliz realidad. Unidas al edificio, se levantaron las aulas para el Nivel Inicial con su patio independiente.
Cuarenta y cinco años de fructífera trayectoria demandaron efectuar un alto en la travesía para volver la mirada hacia el ayer, rendir homenajes, mostrar los logros y festejar el acontecimiento. El acto, consumado en el amplio y hermoso patio cubierto, contó con la presencia de autoridades del Municipio y del Cooperativismo, además de la Supervisora Analía Gómez de Tosello, ex directores y docentes, exalumnos, cooperadores a través de los años y numeroso público relacionado con la institución educativa.
El desarrollo concitó la armonía de las artes: canto, literatura, música, oratoria, plástica. Una pluralidad de matices y evidencias notorias para regocijo del alma y exaltación de una meritoria realidad. No se olvidaron los homenajes y aquellos que ya no están merecieron un honroso recordatorio para rememorar sus pasos por la aulas. Se intercambiaron obsequios, recordatorios y salutaciones referidas al momento que se estaba compartiendo, en plenitud de evocaciones y realidades.
Los mensajes del Personal Directivo y la Supervisora fueron concretos, reveladores del trabajo minucioso y valorado que se lleva a cabo en el seno de la entidad educativa, sin retaceos y con firmeza, en pos de objetivos concretos planteados con anterioridad. El reconocimiento y la gratitud fueron baluartes bosquejados para destacar el énfasis y la responsabilidad con que se lleva a cabo la labor educacional.
Los alumnos con su Profesor de Educación Musical y la tenencia en sus manos de violines individuales movilizaron y acrecentaron las emociones y el orgullo. Sus interpretaciones llenaron el ámbito de armonía y deleite; no faltó, al finalizar el ¡Feliz cumpleaños! que brotaba del concierto infantil ejecutado por los escolares, eficientemente ejercitados.
Cuarenta y cinco etapas donde los labriegos trazaron surcos y echaron semillas con amor auténtico, desde aquel septiembre de 1981, registrado hoy en la textura casi ocre de un acta, un libro como valioso tesoro que alberga el momento sublime del nacimiento. El mañana marcará nuevos hitos y los niños de hoy serán los padres que elegirán idéntica escuela para su educación. Así será, seguramente.
