Recorriéndolo, los planteos de los vecinos no dejan de ser de características similares a los que fueron planteándose en otros sectores de la ciudad a partir de esta recorrida: mantenimiento de calles y ripiado es lo que marcha a la cabeza, en este caso seguido de urgentes mejoras en lo que al sistema de cloacas se refiere. Luego, señalan los frentistas, las situaciones más deficitarias son estacionales, como por ejemplo puede llegar a ser en época de lluvias el corte de malezas o la limpieza del canal Norte, que lo atraviesa en buena parte.
También otro punto coincidente en el decir de quienes habitan en el lugar está relacionado con los tiempos de respuestas desde el Municipio, los cuales no siempre son -de acuerdo a su visión- los adecuados, demorándose sobremanera o directamente ignorándolos.
En una charla con Miguel Astudillo, actual presidente de la comisión vecinal, quedó en claro hasta dónde llegan las consecuencias de este tipo de situaciones ya que él anticipó que está transcurriendo sus últimas semanas al frente de la vecinal, puesto que no pretende competir en la renovación de comisiones que se aproxima ya que “nos ha ido desgastando la falta de respuestas de parte del Gobierno municipal”.
“Nosotros somos intermediarios con los reclamos de la gente, ya que esa es la función que tenemos pero después nos chocamos con los reclamos que no tienen respuesta. Luego llegan los vecinos que nos plantean para qué estamos si no podemos resolver pero no es nuestra responsabilidad realizar cordón cuneta o mantener el ripio”, agrega.
En el último tiempo, centraron sus esfuerzos en poder mejorar el aspecto y la comodidad de la sede vecinal, que tiempo atrás había albergado al Jardín San Carlos pero que, al trasladarse el mismo a su propio edificio, les dejó abierta la posibilidad de alquilarlos para fiestas y eventos y así lograr un ingreso extra de dinero.
Esto se suma al aporte mensual del municipio, consistente en cien pesos mensuales (y una persona de 65 años que realiza tareas generales). No obstante, el flujo de dinero que se maneja realmente hace difícil poder pensar en grandes proyectos o inversiones importantes.
En cuanto a otros aspectos que también hacen a la vida cotidiana del barrio, Astudillo señaló que “cuando ingresamos a la comisión, nos encontramos con que la plaza era el lugar de reunión de los chicos, donde a veces quedaban hasta altas horas ya que no estaba iluminada”.
Esto se cambió a partir de la gestión para la colocación de nuevas luminarias que no solamente le cambiaron el aspecto al lugar sino que sirvieron para disuadir a los jóvenes, recuperando la plaza para los vecinos y familias.
“Hay chicos que durante la semana y de forma totalmente gratuita están dando clases de apoyo a los chicos del barrio… también me llamaron porque quieren incorporar un taller de lectura”, enumera orgulloso de poder tener alternativas para ofrecer a los más pequeños.
Su pasado de jefe del grupo Scout, le permitió encarar la realización de juegos y actividades para los chicos, algo que en el pasado invierno se fue ofreciendo una vez al mes, terminando luego con la entrega de chocolatada y tortas a los asistentes.
Así, el barrio sigue adelante, acaso no al ritmo que se pretendería de avanzar pero urbanizándose, mejorando y sumando propuestas, iniciativas y también concreciones, de aquellas que se ven y de las otras, las que se edifican en silencio, invirtiendo a largo plazo…
