«Noche del 31 de diciembre de 1996. En mi caso, nada para festejar. El día anterior la empresa láctea, sin expresar motivo formal de causa, había procedido a despedir a trece trabajadores por plegarse a la medida de fuerza del día 26 de diciembre dispuesta por la Confederación General del Trabajo (CGT)».
Recuperar las sombras de una década infame para no volver a ellas, desentrañar el olvido para convertirlo en memoria. De eso hablan la crónica de Etín Ponce y la voz de Alejandro Apo.