Resulta imposible pensar la ciudad de hoy sin evocar aquellas familias que se asentaron en busca de un sueño compartido. Si bien Europa era el punto de origen, muchas partieron desde Italia y a partir de allí no resulta en absoluto raro que haya sido la Sociedad Italiana una de las primeras agrupaciones en surgir.
Mezcla de nostalgia con las necesidades crecientes del aún incipiente asentamiento, fue el ámbito en el cual se comenzaron a dar las primeras interacciones sociales de la comunidad. A su vez, tal como atestiguan múltiples Libros de Actas, resultó el espacio físico en el cual se originaron entidades de distintos rubros que actualmente, nos siguen acompañando…
El trabajo y el progreso impulsó a quienes, el 27 de setiembre de 1891 en el local de Ángel Gamba, se reunieron con el objeto de darle forma a esta institución, lográndose 25 adhesiones que a su vez, representaron un aporte dinerario para poder transitar los primeros pasos.
Así, se le dio forma a la primera entidad de carácter mutual y recreativo. Un año más tarde, el 7 de agosto de 1892, alquilaron una sala para que funcionara la sede. El deseo de tener el edificio propio, en el cual poder desarrollar las actividades, fue algo que se gestó de inmediato, sustentado en el espíritu progresista de sus impulsores.
Cuentan en su «Libro del Centenario», que «en junio de 1894, conformaron una comisión con el objetivo de recaudar fondos para la construcción de ese soñado edificio. El Sr. Rodolfo Brisch donó el terreno para tal fin y por ese gesto se hizo acreedor al título de socio benemérito».
El 20 de setiembre, en evocación de la histórica unidad italiana, colocaron la piedra fundamental. Varios socios albañiles ofrecieron su trabajo para levantar el tapial que limitaba el terreno. La suspensión del pago de la cuota societaria por un tiempo estipulado, fue la remuneración recibida».
«La construcción de un teatro en el terreno social, vio la luz en 1904. Mientras el esfuerzo mancomunado se fortalecía en suelo americano sunchalense, la madre tierra iniciaba un tiempo de penurias. El Vesubio entró en erupción; se originaba así una catástrofe de graves consecuencias. Hermanos de la Patria vieja los necesitaban y la sociedad de italianos se apresuró a organizar una colecta».
Luego, a fines de 1908, un baile organizado en el salón permitió reunir dinero suficiente para enviar a los compatriotas que ahora, habían sido sacudidos por un terremoto en Sicilia y Calabria. Llegarían luego distintas acciones para también decir presente en el acompañamiento de las necesidades que se generaban en las distintas guerras que dirían presente en Europa, repercutiendo en todo el mundo.
Acta Nº 2
Reunión del veintisiete de Septiembre de mil ochocientos noventa y uno, en el local del Sr. Ángel Gamba con la asistencia de 25 personas.
En primer lugar, se propone formar una SOCIEDAD ITALIANA, que es aceptada por unanimidad.
Nombramiento de una Comisión, incluyendo un Presidente provisorio:
Designaciones: Presidente provisorio, por mayoría de votos, al Señor Antonio Ballarini.
1º de la Comisión al señor Francisco Vagliente, a quien inclusive se le asigna el cargo de Tesorero provisorio.
2º de la Comisión al señor Ángel Gamba.
3º de la Comisión al señor José Cagliero.
A dicha Comisión se le encarga para la próxima reunión a celebrarse el 1º de octubre de 1891, un nuevo esquema del Estatuto para resolver las reglas de la Sociedad.
Suscripción de los 25 asistentes, con depósitos de $m/n 2 cada uno, en concepto de aporte solidario.
La designación de los cargos finales tendrá lugar en la reunión a celebrarse el primero de octubre de mil ochocientos noventa y uno.