TNA: Por primera vez, a la Reclasificación

Pomare, el debutante local, fue la figura de la cancha (Foto: La Capital).
Pomare, el debutante local, fue la figura de la cancha (Foto: La Capital).
(Por: Leonardo Rodríguez – Para: La Capital de Mar del Plata) – Este tipo de partidos, finales, se ganan de una sola manera, con el corazón. Y solamente por eso, por la entrega, por la garra y por las ganas, Quilmes venció a Unión de Sunchales por 91 a 86 y de esta manera consiguió el objetivo de clasificar al TNA-1. Un gran partido de Pomare y un último cuarto muy bueno de Piñero fueron las claves para sacar adelante este encuentro y hacer delirar a las 2.000 personas que fueron a Once Unidos y que no dejaron de alentar al equipo en todo el juego.

Tuvo una muy buena actitud Quilmes en el inicio del partido, más allá de una marcada paridad. Fue intenso y salió decidido a poner presión en toda la cancha para complicar al rival. Además se sintió cómodo en ofensiva y tuvo buenos porcentajes con muchas opciones para el goleo. Allí se destacó Alessio cuando le pudieron dar juego cerca del canasto. Pero Unión no se achicó y de la mano del «Chino» Benítez siempre se mantuvo a tiro. Además se acopló muy bien Carnovale y Quilmes tuvo que luchar más de la cuenta, con el buen aporte de los suplentes y de Pomare, para terminar el primer cuarto arriba por 30 a 27.

Esa garra que no le permitió sacar mucha diferencia en los primeros diez minutos tuvo su efecto positivo en el segundo segmento. Una defensa asfixiante y un Pomare intratable llevaron a Quilmes a sacar una buena ventaja, 41 a 31. Allí Maffei pensó que el extranjero merecía un descanso y la decisión de sentarlo no fue la correcta. El rival se acercó nuevamente aprovechando un par de pérdidas seguidas de Capitanich para colocarse a un punto, 48 a 47. Reingresó el extranjero, le efectividad en la línea fue buena y por eso el local terminó el primer tiempo ganancioso por 54 a 50.

En el complemento Quilmes tuvo otro buen arranque. Con un equipo ágil en cancha y con buenos pasajes defensivos recuperó la ventaja. Sin depender de ningún jugador en ataque, aunque con Pomare como el líder y la primera opción. Pero Unión también llegó a este partido con un único objetivo y de la mano de Isola repuntó. Los ingresos de Peralta y Sepúlveda entregaron respuestas positivas y con un triple de Eseverri el local encontró la máxima diferencia, 72 a 61. Pero en los minutos finales el nivel del equipo fue malo y un parcial de 6 a 0 dejó a la visita con posibilidades, 72 a 67.

En el último cuarto los nervios de los dos equipos jugaron un papel importante. La necesidad de ganar los llevó a cometer demasiados errores. En ese contexto fue siempre Quilmes el que tuvo una mínima ventaja. Con un buen cuarto de Piñero, autor de siete puntos, pudo tomar una diferencia de 87-80. Allí parecía que el partido estaba liquidado. Faltaban menos de dos minutos, pero Unión consiguió un parcial de 6-0 para ponerle dramatismo al cierre. En ese momento, la garra, el corazón y la actitud salieron a relucir y Quilmes sacó el partido adelante con una última conversión de Piñero.

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