Argentino A: Libertad se trajo un gran triunfo de Salta

Libertad ganó en Salta con gran actitud (Foto: El Tribuno).
Libertad ganó en Salta con gran actitud (Foto: El Tribuno).
(Por: El Tribuno de Salta) – Juventud Antoniana hipotecó su futuro, hipotecó la ilusión de su gente, que se fue caliente después de ver un equipo sin alma, sin actitud, sin sacrificio que, aún con dos hombres de más, no supo qué hacer con la pelota, no supo cómo vulnerar a un Libertad de Sunchales igual de limitado, pero inteligente a la hora de “crispar los nervios” de todos en el estadio Padre Ernesto Martearena.

Y en Juventud Antoniana también se acabó el verso, porque si Gustavo Coleoni dice querer tanto al “santo”, debería darse cuenta que su tiempo se agotó desde hace mucho tiempo atrás. El entrenador debe dar un paso al costado porque le está haciendo daño a una institución que se preparó para ascender, y hoy pena y deambula por la cancha. El hincha se fue avergonzado y en esto también le cabe la culpa a los jugadores, porque se dejaron “prepear” por nueve voluntades que defendieron lo suyo con alma y vida. Al “santo” pareció darle lo mismo continuar o quedarse sin trabajo. Y ahí estuvo la clave.

Este proceso viene mal parido desde hace mucho tiempo, cuando varios dirigentes quisieron echar al “Sapito”, pero después las cosas se enfriaron y dieron marcha atrás en su determinación.

Juventud Antoniana era una bomba lista para explotar en cualquier momento, era cuestión de tiempo, esto fue advertido, pero sistemáticamente se utilizó el verso para desacreditar a aquellos que veían un futuro incierto, desalentador.

La soberbia también le ganó a aquellos que creían que en la cancha tenían un equipo para ascender, pero que siempre estuvo lejos de parecerse a eso, a un equipo.

Del encuentro en sí se puede hablar poco y nada, porque Juventud fue una cosa en el primer tiempo, con Marcos Navarro y Matías Peirone haciendo estragos por izquierda y derecha y muy distinto en el segundo, cuando Libertad de Sunchales, con la vergüenza que al “santo” le faltó, sacó adelante un encuentro con dos estupendos goles, con jugadas elaboradas, esas que en Juventud no existieron.

El hincha, que dejó un mensaje muy claro y que debe ser leído en forma correcta por aquellos que hoy llevan las riendas del club, paró el encuentro por espacio de cinco minutos, “pidió que se vayan todos y que no quede uno solo”, que “no jugaban con nadie”, y algo de razón tenían, porque la historia de Juventud no se puede manchar por la soberbia, el verso de unos pocos. El “santo” es demasiado grande como para recibir el cachetazo que le dieron en sus propias narices. Pero como en la Lerma y San Luis, últimamente, el “todo vale” es moneda corriente, las cosas pueden continuar igual.

Me podrán decir que la clasificación todavía es posible. Que los números dan, que ganando los dos encuentros las cosas cambiarán de rumbo, pero todos estos fundamentos se diluyen como agua si Juventud, con dos hombres más, no pudo con un equipo limitado, y que se llevó de Salta el premio mayor.

El verso, señores, se acabó. Ya está hecho el daño. El fracaso está consumado, por más que después Juventud clasifique, la vergüenza al hincha no se la sacará nadie.

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