Otro tiempo. El almanaque evoca el ayer y la memoria trae al presente el ritmo, los colores, el tamboril, las serpentinas, el entusiasmo y labores apasionadas cuando en cada febrero el Club Unión encaraba la hazaña de sus carrozas y comparsas. Los 75 años de la institución hoy demandan un alto en el camino para rememorar y revivir. La celebración del Día de la Mujer, actividad encarada desde hace más de dos décadas por la Subcomisión de Damas Albiverdes, es fecha propicia para rendir homenaje a aquella epopeya con protagonistas en las diversas áreas: quienes fueron figuras preponderantes en escena, así como aquellas silenciosas y ocultas damas que elaboraron vestimenta, collares, adornos, diseños, con la sabiduría del amor.
Nada faltó en la tarde del 9 de marzo en el Comedor de Av. Belgrano. Trajes de ayer, fotografías, plumas, máscaras, emocionantes videos para revivir y los actuales bríos juveniles de la batucada dirigida por Mariano Gigena, acompañado por tres magistrales bailarinas para motivar, contagiar y transmitir, hoy como ayer, la esencia del carnaval, a las que se sumaron varias protagonistas de otras décadas.
La remembranza intacta emergió en las voces de quienes fueron ejecutoras – detrás de bambalinas- y pudimos dimensionar aquella realidad que conforma la historia institucional. Palabra viva sustentada por el ansia de hacer y por el protagonismo de gente comprometida, laboriosa y creativa.
El homenaje fue propicio para reconocer además a dos deportistas que en la actualidad han conquistado trascendentes lugares en el máximo pedestal argentino; Ana Aicardi y Gina Alberto, luciendo con orgullo los colores del Club Unión. El 8 de marzo, ante la convocatoria de la Municipalidad de Sunchales, fue propuesta Nelci P. de Ferrero como Mujer Destacada, por su compromiso y participación relevante dentro del historial unionista, en especial durante los carnavales.
Un pequeño recipiente de vidrio como recordatorio, con tierra del campo unionista de deportes, símbolo de pertenencia; una flor, insignia de belleza y un poema, tres atributos que fueron recibidos por las participantes. Junto a las mesas tendidas continuó el encuentro como prolongación de momentos plenos de evocaciones y auténtico orgullo.
