El Fortín, Los Ases y aquellas orquestas… (Tercera parte)

En mi anterior entrega relaté el epílogo que tuvieron aquellas orquestas típicas que existían en Sunchales durante la década del cuarenta. Fue allá por los carnavales de 1947 cuando «El Fortín» se disolvía y un poco más tarde hacía lo propio la orquesta «Los Ases». Sostuve que fue una época dorada para la música popular del Sunchales de aquel entonces. Además decía que había quedado marcado en la memoria colectiva de sus habitantes todo este movimiento cultural relevante y si se quiere, un tanto curioso.

Expuse las diferencias que marcaban a cada conjunto típico, sus características, los músicos y cantores que las componían. Las agrupaciones orquestales nombradas actuaban obviamente en Sunchales pero va de suyo que también lo hacían en localidades aledañas. Se me ocurrió escudriñar el modo en que efectivizaban esos traslados, habida cuenta de que se vivía en una época donde el parque automotor era realmente escaso.

Lamentablemente no conseguí fotografías de los vehículos colectivos en que se desplazaban los agrupamientos citados. Sí, en cambio, una ilustración cautivante de un medio muy similar a aquellos, publicada en la tapa de un libro cuya autoría pertenece a Daniel Balmaceda (Editorial Sudamericana) y se llama ”Buenos Aires en la mira”.

En una entrevista realizada a la señora Delicia Fruttero, queda acreditado que en los primeros años (1942 a 1946) el colectivo era conducido nada más y nada menos  que por Vicente Cipolatti, quien años más tarde se adjudicara las 500 millas de 1963 en el circuito de Atlético de Rafaela y además tuvo una actuación descollante en el automovilismo deportivo, primigeniamente en las competencias de midget, como a posteriori durante la vigencia de una categoría que se dio en llamar “Fuerza Libre y Limitada”.

“Vicente no era muy bailarín y además manejaba un colectivo. Llevaba a los músicos de la orquesta «Los Ases» de Adolfo Actis y de Juancito Bosch (lo más grande que hubo en Sunchales) y la orquesta «El Fortín». Si había que ir a Morteros un sábado, él era el conductor, todo por camino de tierra. Trabajaba mucho y eso le restaba tiempo para las diversiones”. Delicia Fruttero, esposa de Vicente Cipolatti.

Hacia 1946 apareció en escena otro medio de transporte: el colectivo de José Giraudo, un Ford de 1934, muy similar también al de Chente Cipolatti y el que ilustra este artículo. Este vehículo se hizo muy popular y pasó a conocérselo en todo el pueblo, como “el colectivo de Giraudín” (fonéticamente Yiraudín). Tenía una capacidad de 20 asientos contra 16 del anterior. No solo transportó a «Los Ases y El Fortín», sino también a otras orquestas, a deportistas, a la escudería del Automóvil Midget Club en su época de esplendor y a todo grupo -incluso familiar- que necesitara trasladarse.

Se han tejido numerosas anécdotas en torno a este vehículo y su propietario, especialmente referidas a barquinazos en caminos enlodados, atascadas en pantanos interminables o noches amanecidas sobre el coche o en galpones de chacras hospitalarias.  Me atrevo a afirmar que formó parte del patrimonio tangible de Sunchales. “Terminó sus días útiles convertido en camioncito que todavía pudo acarrear materiales para la construcción”. Transcurrían los primeros años de la década del 60.

La próxima entrega referirá a orquestas de Rafaela y Sunchales, integradas por un fueye que formó parte de la orquesta «Los Ases» y sin dudas ha sido el músico sunchalense de más fecunda trayectoria en la historia de las orquestas típicas de la zona: Alfonso Omar Tschopp se llamaba y era conocido en el universo ciudadano con el mote de  “El Pibe”. Hasta entonces.

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José «Pepe» Marquínez

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Obras consultadas:
«Huellas de gloria”, Chela Roldán de Lamberti.
«El tiempo incomparable”, Neva Magda Rotania.

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