En la que fue la última presentación de esta segunda gira, «La Forestal» regresó a nuestra ciudad y se presentó en el Centro Cultural Low Disco. No es casualidad puesto que tanto Enrique Llopis como Darío Volpato y Atilra conformaron un triángulo virtuoso, el cual permitió que, 25 años después, esta misma cantata cargada de historia volviera a recorrer pueblos y ciudades con un mensaje aún vigente.
En un escenario excepcional, el marco de público fue acorde a la propuesta, colmando prácticamente la totalidad de las plateas dispuestas desde la organización para disfrutar de la obra que arrancó aplausos y lágrimas, sensaciones de quienes disfrutaron de la obra hace dos décadas y media como así también de quienes la vieron por primera vez.
Además, también hubo espacio para el reconocimiento de quienes fueron partícipes directos de esta historia al vivirla en carne propia, tal el caso de quienes fueron partícipes directos del emprendimiento que marcó a sangre y fuego un tiempo y lugar no muy lejano. Otra de las personalidades de la cultura que dijo presente fue el cantautor Horacio Guarany, quien se mostró emocionado con la historia y valoró el esfuerzo realizado al reponerla para acercarla a las nuevas generaciones.
Entrada la noche y bajo un cielo de estrellas, Enrique Llopis cantaba «se terminó el obraje compañero…» y La Forestal iba concluyendo con otra representación más, un nuevo esfuerzo en mantener aún vivas las hachas en el monte, el recuerdo de quienes forjaron esta parte de la historia de nuestro país.
Quedarán ahora un par de actuaciones más, una en Uruguay y la restante en Brasil, cumpliendo con compromisos del gremio y llevando fronteras afuera la voz del quebracho pero ya el éxito está cerrado y la amalgama de intereses positivos demostró que es posible apostar a este tipo de eventos histórico – culturales desde múltiples sectores con un resultado altamente positivo.
El «Chino» Volpato, muy conforme con la experiencia
«Hubo de todo, gente que desconocía la obra, otros que volvieron a verla después de 25 años pero siempre con una gran respuesta y un sentimiento nacionalista hacia quienes la impulsamos y representamos», refirió Darío Volpato, hijo pródigo de Sunchales, quien se mostró doblemente orgulloso por el esfuerzo realizado, por la obra en sí y por haber podido culminar esta etapa en su ciudad natal: Sunchales, confluyendo también con el gremio Atilra y su fuerte presencia local.
«Hay obras que debieron quedar en un costado esperando a volver a ser reconocida y éste es el caso de La Forestal, donde tras aquel suceso, quedó aguardando una nueva oportunidad como es el caso de esta, hoy en día, que surge con el respaldo de Atilra», agregó.
A modo de evaluación, sostuvo que «estuvimos en muchos puntos representativos del país. Nos hubiera gustado poder seguir en otros sitios pero la estructura misma de la obra, la temática de la misma, así como lo técnico y económico, a veces impiden concretar esto mismo y obligan a buscar alternativas de lugares».
«En líneas generales -concluyó- ha sido muy satisfactorio. El solo hecho de volver a poner en la mesa La Forestal, permite seguir diciéndole al público lo que ocurrió, por intermedio de una obra musical y con un gran músico como Enrique Llopis, quien ha dedicado buena parte de su vida a narrar y difundir esta historia».
