La Forestal en el Centro Cultural Low Disco

LaForestal-1Tras 25 años de su estreno, “La Forestal” volvió a mediados del año pasado a los escenarios porteños. La reposición de esta emblemática obra se pudo concretar gracias a la producción de Darío “El Chino” Volpato y el apoyo de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), comenzando a desandar un camino que los llevó por numerosos escenarios de diferentes partes del país y que los acercará mañana sábado, a la hora 21, a nuestra ciudad, donde se presentarán en el Centro Cultural Low Disco.

La obra rinde un sentido homenaje a los trabajadores que fueron esclavizados en la compañía homónima de capitales ingleses que saqueó la mayor reserva de quebracho colorado del planeta, ubicada en el norte de la provincia de Santa Fe a comienzos del siglo XX.

La cantata cuenta con su protagonista original, el cantautor y músico rosarino Enrique Llopis, quien la presenta junto a la producción del sunchalense Darío “El Chino” Volpato (Midachi), bajo la dirección de Néstor Zapata

“Por el afecto que la gente tiene hacia ‘La Forestal’ sentí la responsabilidad de ahondar en más esfuerzo, por eso entendemos la importancia de la asociación y de manera rápida contamos con el acompañamiento de Atilra”, dijo el Chino Volpato al referirse, tiempo atrás a la obra.

El Director de la obra, Néstor Zapata mencionó que una de las coincidencias que se plantean con la temporalidad de la obra (principios del siglo XX) y la actualidad, es la esencia colonialista de Inglaterra. “Eran tan colonialistas los ingleses que posicionaron La Forestal como los que están en Malvinas. Plantaron bandera en nuestro territorio y crearon un Estado de otro Estado”, señaló.

Por su parte Llopis destacó que la empresa La Forestal, “no fue la entrega de una concesión sino que fue la entrega de un patrimonio.” Además, el músico manifestó que la obra intenta homenajear “al último eslabón de La Forestal, al peón golondrina que llegó de Chaco, Tucumán, incluso del litoral y Paraguay, para poblar el monte del norte de Santa fe. A ese hachero que cuando pudo salir de su estado de semi esclavitud, llegó a Santa Fe, Rosario y Buenos Aires para poblar las villas”.

Por último subrayó que “aunque hayan cambiado las formas de comunicación y que las reglas del juego ya no sean las mismas que cuando la obra se estrenó en el `84 la emoción y la estética siguen dando una respuesta que el público sabe captar. Todos los momentos son buenos para contar esta historia”.

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