Hasta el momento no había noticias que dieran cuenta del involucramiento del arte en el conflicto que viene llevando adelante el sector agropecuario. Esta situación se quebró el fin de semana, con la instalación que llevó adelante en la plaza Libertad el artista Darío Carnero quien, con semillas e imaginación, conformó un sol que rodeó al mástil central, convocando a su vez a la reflexión, la búsqueda de una solución consensuada y fue también un homenaje a quienes abrieron desde el campo nuestra patria.
A partir de esta experiencia, existe la posibilidad de llevarla a otras ciudades de la provincia, algo que podría llegar a confirmarse en los días venideros.
«A mí, desde la parte de la plástica, cuando se inició el conflicto me dije que era muy groso y no me puede pasar desapercibido», señaló Carnero, quien prefirió no obstante no permanecer al margen sino involucrarse desde su participación.
La idea no estuvo excenta de contratiempos ya que se le dificultó poder conseguir algunos materiales. «No tengo amigos ni acceso a la gente del campo, así que gracias a mis amigos pude conseguir semillas cedidas por productores y la cooperativa», explicó.
«Es un llamado a la reflexión, desde la plaza, desde el símbolo máximo de la ciudad y a la Libertad. No es casual que nuestra plaza se llame así. Quiero utilizar las semillas para hacer un sol, rodear el mástil y así pedir iluminación porque la solución tiene que salir desde los dos sectores y consensuarse ya que sino no estaríamos en un país democrático. Mi idea es convocar a la salida ideal y que se reconozca en todos los sectores y a su vez, hacer un homenaje a todos aquellos -varios de los cuales están en las plaquitas de bronce del lugar- que se rompieron el lomo para hacer grande al campo».
«Pregunto si no hay alguna manera de realizar una manifestación sin tener que cortar la ruta, la libertad de otros habitantes como nosotros. Yo defiendo mucho a la libertad y por eso recalco el tema de la plaza ya que se suma esa significación».
Tal como se aprecia en la imagen precedente, al terminarse la construcción de la instalación y disfrutarse de un momento de reflexión, los niños que se fueron acercando como cada tarde de fin de semana, hicieron suya la obra reformulándola de acuerdo a sus necesidades del momento. Fue así como se tuvieron multiples instalaciones derivadas de la primera.
