Libertad regaló risas y balones a niños humildes

Bryant Marckson hizo algunas jugadas con Carlos Estacio, alumno de la Fundación Santiago Apóstol (Foto: Gentileza Expreso).(Por: Expreso) – Nadie los conocía, simplemente sabían que habían llegado al país para disputar el Sudamericano Interclubes de Baloncesto, pero ya los admiraban como sus máximas estrellas.

La expectativa se sentía en el ambiente. Personas subiendo y bajando apresuradas por las escaleras, mientras los infantes y jóvenes ensayaban el cántico de recibimiento, daban a notar la cálida bienvenida que la Fundación Santiago Apóstol planeó para los jugadores del club deportivo Libertad de Sunchales, Argentina.

Mario Martínez, uno de los niños que estudian en la fundación, explicaba en tono cómplice a Andrés Estacio que ya era hora de que lleguen, porque dijeron que iban a las 10.30 y eran las 11 y no aparecían; sin embargo, luego del comentario, un bus se aparcaba afuera del centro con los jugadores.

Los ojos de Mario tomaron un brillo especial y sin dudarlo corrió para anunciarle a uno de sus maestros que ya estaban ahí. Tiene apenas 12 años y labora en las calles desde los 6, haciendo de oficial y cobrador en busetas.

Casos como este se repetían en los 100 estudiantes que tiene la institución, creada para dar educación a niños pobres que no son callejeros, pero que trabajan.

Un aplauso sonoro de los estudiantes anunció el ingreso de los deportistas que saludaron con un apretón de mano a cada uno de los entusiasmados jovencitos.

El presidente del club argentino, Enso Olocco, reveló a la mitad de la actividad algo que llenó aún más a los jovencitos: entregó 15 balones, camisetas y recuerdos del club. La muestra de cariño fue recíproca. Fueron alrededor de 45 minutos en los que surgió una conexión mágica entre los pequeños y los deportistas. Los profesionales de la canasta parecían niños jugando con los jovencitos.

“Cosas como estas son las que te llenan el corazón. Yo estuve por siete meses preparándome para el torneo y me lesioné (rotura de ligamentos de la rodilla derecha), sin embargo, la muestra de cariño de estos chicos hace olvidar todo eso”, dijo Martín Muller, integrante del equipo de Libertad.

El reloj marcó las 12 y con ello el anuncio del entrenador, Julio Lamas, de que debían dejar el lugar. Los argentinos se despidieron inyectados del buen ánimo de los pequeños, y pensando que situaciones como las que vivieron ayer son muestras de que el deporte también puede enriquecer el alma.

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