Liga Rafaelina: Unión se quedó sin nada

Mas allá que el cotejo jugado en el estadio de la avenida Belgrano finalizó 1 a 1, Brown de San Vicente por la ventaja obtenida en el primer partido, donde ganó 2 a 0, se consagró incuestionablemente como el campeón del torneo Absoluto de la Liga Rafaelina de Fútbol, dejando así a Unión de nuestra ciudad con las manos totalmente vacías.

Unión, en el partido de vuelta debía remontar un resultado adverso de dos goles de diferencia, algo que se le hizo realmente muy difícil, ya que debió enfrentar a un equipo con varios jugadores experimentados, los cuales venían de hacer una gran campaña en la temporada, ya que de 19 partidos habían perdido solamente uno.

Con la ventaja a su favor, la visita manejó ordenadamente el partido y jugó ante la desesperación de un Unión que, mostró mucha ansiedad y desprolijidad ofensiva, debido a la juventud de varios jugadores, especialmente en la zona de gestación.

Lo mejor del partido en cuanto a la insistencia se dio en el segundo tiempo, ya que Unión con el ingreso de Gilabert y Molina mostró mayor potencia y ambición ofensiva para irse decididamente a buscar el gol, algo que llegó recién a los 36’ con un remate de giro, por parte de Ezequiel Cinturión, quien después de mucho tiempo volvía a jugar.

Pero el equipo de Tosetto no pudo aguantar el resultado, ya que un minuto después, en una gran jugada de Windey, le sirvió la pelota a Cavallo, para que el equipo de San Vicente empate el partido en uno.

En los 10’ finales, Unión empujó pero centralizó en demasía, chocando una y cien veces con la jerarquía de un enorme jugador como es el paraguayo Ibarra Duarte, quien, a lo largo de todo el partido, manejó el sistema defensivo de su equipo.

Cuando pitó el árbitro Diego Aime, Brown festejó un título que logró merecidamente, ya que ganó sin objetar su zona y después en los dos partidos finales fue más efectivo y práctico que su adversario.

Brown se mostró como un equipo sólido, basándose en lo dicho anteriormente con respecto a Ibarra Duarte, sumado a ello, la experiencia de Heck en el medio, más el atrevimiento siempre vigente de Ariel Windey, quien, especialmente en el segundo tiempo, desequilibró bien abierto por derecha.

Unión este año se había armado como para mantener todo lo logrado en las dos temporadas anteriores pero, por distintos motivos no tuvo el año esperado y se quedó indefectiblemente con las manos vacías, despidiéndose así hasta el año que viene.

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