Después de varios meses en los cuales no se efectuaron por tener descompuesto el aparato medidor, este fin de semana se retomaron los controles de alcoholemia. Los resultados serán dados a conocer durante esta semana pero sin lugar a dudas ha dejado varios puntos por considerar: el primero es a favor de los sunchalenses ya que en todo momento respetaron a los agentes, es más, nadie se negó ni pretendió eludirlos; el segundo deja abierta la polémica puesto que fueron varios los vehículos que debieron permanecer detenidos en las inmediaciones mientras se normalizaba su metabolismo.
El operativo, efectuado en avenida Yrigoyen, contó con la participación conjunta de agentes de la Policía Municipal y efectivos de la seccional 3° de Policía. El sitio, señalizado con conos, advertía a quienes seguían sin girar en alguna de las calles previas, las cuales casualmente se transformaron en algunas de las más transitadas del momento por motocicletas y vehículos que sospechosamente ponían los guiñes al advertir la presencia de los agentes.
Una vez detenidos, se les solicitaba la documentación del vehículo, para luego avanzar unos metros y ser controlados por otros agentes, quienes les efectuaban la prueba de alcoholemia. La misma consiste, simplemente, en soplar por espacio de diez segundos en el aparato, previa colocación, por parte de la persona a controlar.
En caso de ser negativo, se le permitía seguir, mientras que si se registraba algún porcentaje superior al permitido, se lo detenía a la vuelta, en una calle lateral. Allí permanecía hasta que los posteriores controles que se les efectuaban registraban variaciones y la situación se normalizaba.
