En el calendario estamos transitando las últimas fechas del mes siete… pronto aparecerá el número ocho y aún no hay noticias del Presupuesto Participativo. Lo más importante, a esta altura del año, radica en la impasividad y desinterés mostrado por el Municipio local, que está hipotecando el esfuerzo que desde hace años se viene haciendo para marcar la senda de la participación ciudadana y que tuvo en 2011 su primera experiencia práctica.
Los reconocimientos de errores compartidos por parte de algunos concejales también han quedado atrás en el tiempo y el resultado, a pesar de algunos esfuerzos para -Minuta mediante- movilizar a las autoridades locales, arrojaron el mismo resultado: nada.
El proceso ha sido exitoso en varias ciudades pero al buscar experiencias de las cuales tomar elementos, aparece un ítem distintivo: compromiso. El mismo hace que la propuesta trascienda las bancas y secretarías de turno para ser apropiado por la comunidad en su conjunto. Así, se evitan situaciones como la local, donde el cambio de gestión dejó al desnudo las deficiencias de antes y agigantó las limitaciones de ahora.
Ocurre que, a una administración que poco le importó la puesta en marcha y que lo hizo casi como una obligación, terminó concretando algunos proyectos y generando el sobrepago de otros junto a la inclusión de obras que le correspondían (como supo hacerse la entrega del FAE «a la sunchalense»), le sucedió otra que no ha dado ningún paso, ni pequeño, excepto el de sincerar las cifras que le legaron sus antecesores (y con las cuales se conocieron los desfasajes).
A partir de aquel momento, en el primer trimestre del año, nada cambió. Llegamos al mes 8 y resta aún definir cómo se resolverán las obras pendientes del año pasado, mucho menos se sabe qué ocurrirá con el desarrollo del presente ciclo ya que el mecanismo de participación demanda largos meses de preparación y elección de parte de los vecinos. Esto quiere decir que, así se resolviera todo en los próximos 10 días, sería casi imposible pensar en alguna concreción para el resto del 2012.
En las vecinales se espera con resignación pero también decididos a no dejar pasar el año sin recibir aunque sea una respuesta política. Hay más de 800 mil pesos esperando en una Partida que es altamente probable que no se utilice. Si se debe arrancar de cero el año próximo, habría que establecer qué será de este dinero, el cual debería sumarse al 2013.
Lamentablemente, como se dijo al principio, el costo político de no tomar una simple decisión repercute en el ánimo de la comunidad que sufre en carne propia y experimenta cómo no se puede respetar ni implementar una idea simple y totalmente sunchalense. Aquí no se puede evadir culpas y señalar a la Provincia o la Nación, los que deben dar respuestas y soluciones están en 25 de Mayo y Belgrano.
