Cumplir una década representa varias cosas en una misma: continuidad, consistencia del proyecto, aceptación y compromiso. Con un fuerte impacto visual y llevando adelante la compleja fórmula de ofrecer un show renovado pero que a la vez remita a la década de experiencia que se ha acumulado, Iruya transitó con gran solvencia el Corsódromo en este 2020.
Los aplausos y muestras de asombro se multiplicaron en todo momento, con esta combinación de pequeños espectáculos encadenados, en donde la emoción y el recuerdo eran respaldados por una banda en vivo que dio que hablar por su calidad y repertorio.
Sin lugar a dudas, los responsables de esta propuesta pueden dar por sorteado el desafío y encarar un undécimo año de desfiles con el mayor de los optimismos.
