El cielo sunchalense será testigo en la noche de hoy de la primera de las dos jornadas de evocación a la figura de Jacinto Velázquez. El ya tradicional homenaje se volverá a realizar en las instalaciones del Centro Cultural Low Disco, donde convergirán varios de los más destacados artistas folclóricos del país.
La venta de entradas anticipadas de este Tributo ha transcurrido a muy buen ritmo y mucho tiene que ver la grilla que tanto para esta noche como para el sábado se ha organizado, comenzando en ambos casos a partir de las 21.30.
Cronograma de hoy jueves
– Los Hermanos Herrera.
– Duende Garnica.
– Mario Álvarez Quiroga.
– Tero Ponce y Los del Montón.
– Los Manseros Santiagueños.
– Chaqueño Palavecino.
Cronograma del sábado
– Popo Giaveno.
– Cuti y Roberto Carabajal.
– Sergio Galleguillo.
– Agapornis.
Jacinto “Jashi” Velázquez fue un poeta de la localidad de Selva (Santiago del Estero), que con los años fue ganándose el reconocimiento de sus pares y el público, al que llamaron “el compositor de los cantores” y el amigo de todos.
Su vida y su obra son honradas por sus compañeros de ruta de ATILRA, esta querida y gran familia que defendió cuanto pudo.
Una de sus publicaciones más queridas es “Poemas y canciones con amigos”, que en su prólogo dice:
En su onda vigilia de poeta, “Jashi”, como sus amigos lo nombran, se bebe el universo de sus memorias en el puco artesanal de la copla. No sólo él lo bebe, sino que también lo convida y hace de esta ceremonia un ritual fraterno: el libro que ahora tú lees. Por el intenso caleidoscopio –casi autobiográfico- de sus vivencias, se suceden las imágenes esenciales y de ellas se desprenden los temas universales que aborda con sencillez y maestría: amor, vida, dolor, muerte. Los hombres y mujeres de su pueblo, los vecinos y los oficios, el mundo del trabajo, las penurias y la pobreza, elementos estos más bien prosaicos, cobran alas literarias cuando los combina con la nobleza de la condición humana, los valores éticos, las raíces culturales, el legado de los abuelos, la esperanza. Lo mismo acontece cuando le canta al amor, primero o desolado; o a aquella niñez descalza pero feliz.
