Danilo Tosello, otra vez campeón en Honduras

Los de Olimpia, nuevamente celebrando un título junto a Danilo Tosello, ahora como DT (Foto: El Heraldo).
(Por: El Heraldo) – Decorado para la solemne fecha, el teatro de los sueños olimpistas convocó a todo su pelotón de guerreros para liderar la cruzada final: levantar la copa 25 en el año del centenario; ha sido uno de esos viajes singulares, en el que su miliciano Douglas Caetano, ausente desde fines de marzo, cogió la jineta y destrabó un juego que Shane Orio tenía 0-0 hasta el minuto 46…

Aparecido como un fantasma, perfecto ladrón del espacio de una defensa que se las jugaba al fuera de juego, el bombardero brasileño recogió el pase, “ese pase”, del Chino Tilguath (que vivía su propia revancha, tras perder un penal al minuto 30), encaró al agrandado beliceño Orio y lo cruzó con un terrible derechazo. Sentencia definitiva.

Un solo equipo…
Para entonces, el Verde era un ánima del purgatorio que nunca se presentó a jugar la gran final en el Nacional. Todo virtud de otro planteamiento pletórico de Danilo Tosello, el Viejo que volvió a ordenar presión en la salida del Monstruo y le cortó el oxígeno a Berríos, Meza y Aguilar, los jornaleros preferidos de Ramón Maradiaga que ayer hicieron todo lo necesario para que el Monstruo jugara como chico.

El partido era, por eso, Olimpia contra Olimpia. Porque el Rey de Copas gobernaba con sus leyes, acordonando a los zagueros visitantes y trastornando la vida de Fuentes, Meza y compañía.Los espacios empezaban a existir casi sin querer y el penal que Orio le tapaba a Tilguath (luego de un claro agarrón de Brown a Souza) apenas servía de advertencia: Olimpia quería sufrir para ganar el bicampeonato.

Y así fue…

Final sufrido…
Por los goles fallados Desgajado el orgullo verdolaga, el área visitante se transformó en zona de guerra y el Albo voló con dinamita cada centímetro del campo.

Roger Rojas y Carlos Will ingresaron por Juan Ramón y el Chino y los minutos se sucedían con la cancha inclinada: Caetano bailaba a Beata y recalentaba las manos del uno Verde; Romel Murillo completaba su mala tarde cometiendo zancadilla contra el Rojitas y viendo la roja al 73.

Ramón Maradiaga, que pensaba arreglar sus males con el Bombero y Harrison, mejor se acercó a felicitar a Tosello por un título que no tendría problemas en ganar el Más Popular…

Hasta que Caetano salía del campo y el estadio se venía abajo.

El guerrero de Río sellaba su gran campeonato y el León ampliaba su reinado en medio de una fiesta interminable, como solo el Olimpia de los mitos, el Olimpia de las leyendas, la puede organizar. La 25 ya es una realidad…

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