Gabriel Fiorito: Al borde de lo inverosímil

Gabriel Fiorito(Por: Clarin) – En el tríptico sobre la obra del dramaturgo Eduardo Rovner titulado 3xRovner. Fotografías de un concierto de ilusiones se han unido tres piezas de épocas muy diferentes: ¿Una foto?

(1977), Viejas ilusiones (2007) y Concierto de aniversario (1983) que, no obstante, están enhebradas por el director Gaby Fiorito por medio de un lenguaje teatral que apela al esperpento y a la exacerbación. En las tres, además, circulan los mismos temas: la crueldad, la intolerancia y la indiferencia. Las historias nada tienen que ver en lo anecdótico entre sí.

¿Una foto?
se basa en una experiencia personal con su hijo Damián y una pregunta: ¿Hasta dónde estarán los padres dispuestos a llegar para que el bebé sonría? En Viejas ilusiones el espectador verá la perversa relación entre una madre de 120 años y su hija de casi 100, interpretadas por dos hombres. Los personajes están llevados al límite del absurdo, utilizando juegos con palabras y música para producir un humor negro y chirriante.

Y finalmente, en Concierto de aniversario, originariamente estrenada en el legendario Teatro Abierto y que se hizo acreedora al Primer Premio Nacional de Dramaturgia, cuatro músicos fanáticos de Beethoven que integran un pseudocuarteto de cuerdas ensayan como si tocaran, pero lo hacen sobre la música que brota de un viejo tocadiscos. El detalle que detona la escena es que el ensayo se realiza en la casa de uno de ellos, cuya mujer está moribunda e irrumpe en escena a cada rato para decirle a su marido que sufre de un intenso dolor.

El habitual humor negro y el absurdo de Rovner están acentuados en la puesta en escena de Gaby Fiorito merced al lenguaje actoral elegido: actuaciones esperpénticas que tuercen la muñeca de los personajes hasta arrastrarlos al borde de lo inverosímil. Los actores -Romina Pinto, Mauricio Chazarreta, Guillermo Tassara, Inván Steinhardt y Sergio Falcón- cumplen con esta tarea sin fisuras. No hay nadie que resalte porque destacan todos. Dicen maravillosamente y, sobre todo, dado que se trata de una maquinaria humorística, rematan bien y manejan los silencios con astucia.

Las mismas luces sirven para las tres obritas mientras que la unión entre una y otra ha sido resuelta inteligentemente con el pausado ingreso de uno de los personajes de la obra siguiente mientras el resto de los actores retira los elementos de una e instala los de la siguiente.

De esta manera, el engranaje de 3xRovner… se convierte en una cita ineludible con uno de los más personales dramaturgos de este país.

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