Por la Séptima Fecha de la Liga Nacional, los Tigres acumularon otra frustración al caer ante Boca Juniors por 67 a 91. El partido, para los locales, duró solamente diez minutos ya que luego fue la visita la que impuso condiciones manejando el cotejo a su antojo.
La expectativa de regresar al «Hogar de los Tigres» permitía soñar con aquella buena producción desarrollada ante Quimsa, donde se estuvo a un puñado de minutos de lograr el triunfo. El inicio pareció prometedor, transcurridos los primeros nueve minutos, el marcador señalaba pardas en 20 por equipo. Un mejor cierre de los capitalinos les permitió tomar una pequeña ventaja de 22-27 pero por ahí andaba Libertad, dando pelea.
Sin embargo, el segundo cuarto paso de ser parejo (26-30 a 8 minutos) a una verdadera pesadilla. Gargallo, Sandes, Flor y Boccia se turnaron para vulnerar la defensa liberteña, que por el contrario, no encontraba dónde estaba el aro contrario. El lapidario 8-20 resonó en el estadio como un mazazo demoledor.
Si bien luego del descanso los locales tuvieron pasajes marcados nuevamente por la paridad (perdiendo la segunda mitad 37-44), la visita ya le había dado forma a la faena y el triunfo estaba en sus manos. Solamente debía manejar los tiempos y jugar con esta compleja situación donde la fragilidad mental también va haciéndose presente en el elenco aurinegro.
La dupla Battle Jr. y Faine Li siguen demostrando que crecen partido a partido, tomando el rol de anotadores destacados para los Tigres, precisamente lo que les faltaba antes; solo que ahora no tienen aquel acompañamiento que otros jugadores supieron demostrar y quedan aislados a sus segmentos sin poder encontrar complemento en compañeros que tomen la posta cuando ellos son contenidos. El magro 38 por ciento en lanzamientos de dos puntos (18/47) refleja lo duro que fue convertir para un equipo que volvió a estar en su media de ataque de 68 puntos.
Ahora Libertad vuelve a tener descanso, ya que el próximo lunes a las 21.30 recibirá a Olímpico, en el primero de los últimos tres partidos en condición de local que le restan para cerrar el año en curso y afrontar un receso que cada vez asoma como más necesario.
