Sunchales: 134 años de empuje, constancia y crecimiento


Si algo caracteriza a la comunidad sunchalense es la capacidad de lucha, la tenacidad. No pocas localidades pueden exhibir una historia de dos intentos fallidos antes de asentarse definitivamente. Muchos hubieran optado por retirarse y buscar otros rumbos, pero no los sunchalenses, que siguieron apostando por este terruño.

No pocos fueron quienes encontraron en este rasgo una de las principales virtudes de quienes, hace más de 13 décadas, merodeaban por estas tierras, apostando nada menos que la propia vida para intentar desarrollarla. En los dos primeros intentos no contaron con el respaldo de sus dirigentes, quienes los abandonaron a su suerte. Luego, la figura de los Carlos, Cristiani y Steigleder, terminaron aportando lo necesario como para que la fisonomía tomara un cariz diferente.

Así lo reflejan en el Libro del Cincuentenario de la ciudad:
El señor Steigleder consiguió con su dinamismo y con su contracción al trabajo, atraer a numerosos inmigrantes italianos que colonizaron esa pampa feroz. Luego, ya constituido el pueblo, el señor Steigleder fue un vecino con ideas progresistas, que ocupó diversos cargos electivos, desempeñándolos todos con el beneplácito general.

Los pobladores más antiguos, lo recuerdan con gran afecto y reconocen que debido a su diligente acción, Sunchales adquirió bien pronto categoría de pueblo progresista, llegando a ser el distrito que más paga por contribución directa, en toda la provincia.

Este no es un dato menor puesto que ya antes, el propio Fuerte de Los Sunchales había tenido un destacado rol en la línea de defensa, siendo de los lugares más preparados. Esta nueva afirmación, no hace más que respaldar unos años después, el mismo destino de grandeza a nivel provincial. El reconocimiento que todos le daban a esta población, pasaba a ser una constante.

La historia sunchalense tiene múltiples ejemplos de grandeza a lo largo de las décadas posteriores. Los desarrollos empresariales e industriales que se fueron dando por parte de quienes arribaban a estas tierras desde lugares distantes, muchas veces con una formación profesional y experiencia totalmente alejada a lo que luego terminaría siendo su ámbito distintivo. Lamentablemente, muchos emprendimientos no pudieron sostenerse en el tiempo o consolidarse por falta de acompañamiento de políticas públicas nacionales o provinciales que los respaldaran, sino, además de las cosechadoras, tendríamos chapas de automóviles, electrodomésticos y tantas otras cosas más, made in Sunchales.

Actualmente, la posta está en el aire, con el desarrollo aeronáutico y en la simbiosis entre lo público y privado, una característica que ha tomado el lugar que antes tenía el cooperativismo. El ADN de los sunchalenses parece ser incorruptible: nos fuerza a avanzar, a crecer, a trascender más allá de los límites o complicaciones que vayan surgiendo en el camino.

La propia Marcha de la ciudad lo refleja en sus versos:
El presente es orgullo del pueblo
el mañana entre todos se hará,
el destino lo forjan los hombres
y Sunchales no se detendrá.

Ya Sunchales no es sólo un gran sueño
sino un canto vibrante y real,
una inmensa columna que avanza
firmemente a su meta triunfal.

Relacionadas

Ultimas noticias