Luego de varios meses de trabajo, finalmente las autoridades locales tienen desde hace unos días el resultado de la Auditoría relacionada con el Sunchalote. Hasta el momento, no se ha dado ninguna manifestación pública desde el Ejecutivo ni tampoco por parte de los concejales, quienes se limitaron a girarla a Comisión para su análisis.
Es una posición cauta puesto que tal como se especulaba, los resultados que se registraron en este relevamiento, son complejos. En varios puntos de las 25 páginas del informe se repite la falta de comprobantes, dificultades para confirmar datos y la urgente necesidad de establecer responsabilidades. Quedan varias obras pendientes, compromisos que deben ser honrados pero con recursos que nadie se atreve a señalar de dónde saldrán puesto que lo recaudado ya se gastó e incluso tampoco iba a ser suficiente para concretarlas.
¿Qué hará el Ejecutivo con esta información? ¿Qué actitud tomará el Concejo? Son las preguntas que deberán buscar respuestas en el futuro próximo. La posibilidad de una presentación ante el MPA es una de las alternativas concretas pero se trata de un paso que debe hacerse con convencimiento. Esta Auditoría ofrece un panorama hacia dicha alternativa y dispara interrogantes; no debemos olvidar que, más allá de que Pablo Pinotti ingresó a la gestión en diciembre, la transición se inició bastante antes e incluso su mano derecha, Andrea Ochat, transitó todo el proceso del Sunchalote desde el Legislativo.
El Sunchalote, en números
Fue promocionado como el desarrollo urbanístico más importante de la ciudad y razón no le faltó. Son nada menos que 14 hectáreas que le dan forma al Barrio «Malvinas Argentinas». Muchos pensaron que sería más prudente avanzar de forma segmentada pero la posibilidad de un convenio de infraestructura con la Nación abrió la puerta a dar el gran salto: de una sola vez, generar cientos de lotes.
Faltan concretar obras por un 20 por ciento aproximadamente pero la cuestión eléctrica es la más compleja puesto que representa cientos de millones de pesos de inversión por parte del Municipio. A la vez, tampoco se puede pensar en destinar la recaudación de la venta de lotes ya que a diciembre del año pasado, la nueva gestión debió encontrarse con un saldo de 286.486.397 pesos, aunque solo hay 1.977.375 pesos. Lo demás, se habría utilizado para otros pagos, Rentas Generales y demás…
El Informe también repasa las decenas de millones de pesos pagados por el Municipio en concepto de intereses punitorios a lo largo de los años ya que evidentemente, no recaudaba -ni guardaba- lo necesario para sostener el ritmo de obra y las certificaciones correspondientes.
Respecto del manejo de los cobros de cuotas, resultaría sumamente extenso repasar la catarata de errores administrativos y dificultades encontradas para dar seguimiento a cada una de las cancelaciones. Basta con mencionar que resulta casi imposible determinar quiénes estaban al día puesto que más allá de la fecha de cancelación, se cobraban cuotas sin intereses. El entrecruzamiento de cuentas, los egresos hacia otros destinos, pagos de los más diversos y decisiones totalmente contrarias con el objeto del Sunchalote, se acumulan por decenas, dejando entrever un desmanejo total y continuo a lo largo de los años.