Y una noche perdió…

Libertad arrancó bien, sujetándose a lo que sabe hacer y llevándose el primer cuarto pero luego, en alguna parte del inicio del segundo chico, perdió la brújula y ya no supo dónode quedaba el camino hacia la victoria. Cayó ante Ciclista en Junín y ahora deberá esperar hasta la semana entrante para ver otra vez a su gente, tras el Súper 8 y las doce victorias seguidas.

Con Carroll que estaba inspirado y un ataque que como siempre mantiene variantes, Libertad comenzaba a desandar su libreto, ese que le garantizó tantos triunfos consecutivos. Ciclista trataba de mantenerse pero más allá del ímpetu, parecía no tener muchas armas para pelear a la visita, que en el arranque del segundo cuarto sacaba cinco de distancia (21-16).

Sin embargo, el tiempo pasaba y las pérdidas eran repartidas al igual que los tiros fallidos, lo que daba como resultado un goleo bajo por ambos conjuntos. En los últimos minutos antes del descanso largo, Ciclista pudo pasar otra vez adelante y con un técnico al banco aurinegro bien capitalizado, sacó seis de ventaja para irse 31 a 25.

Lo más destacado por Libertad pasaba por Ginóbili, con diez puntos y Carroll, con ocho, sumando entre ambos más del 70 por ciento de las conversiones de la visita. Sin embargo, los nueve tantos del segundo cuarto marcaban cómo se había alejado la visita de aquel buen andar y cómo había recuperado aquel ataque famélico de la primera parte de la Liga.

Las faltas pasaron a ser protagonistas cuando Ginóbili se cargó de cuatro y Ciclista lo aprovechó sacando la máxima diferencia (38-29). García buscaba respuestas en el banco para descontar los once tantos que los separaban del local, una de las claves, además del obligado descanso del conductor, era que Cavacco tenía aún, en el tercer cuarto, su casillero en cero. A ello se le sumaba la cuarta falta de López, que sumaba otra compliación.

Sin lugar a dudas, estaba siendo uno de los peores partidos de Libertad, similar al que había perdido ante Argentino convirtiendo tan solo 55 puntos. Anoche, al término del tercer cuarto, sumaba tan solo 42, con 13 de Carroll, 12 de Ginóbili y 9 de Aubry.

La distancia de 13 tantos mantenía cómodos a los locales pero de este lado, Carroll, el foráneo aurinegro sacaba pecho y se ponía el equipo al hombro. A cuatro minutos, los Tigres caían por 12 pero no todo estaba dicho ya que tenía material suficiente como para dar el zarpazo. No pudo ser, los de Junín mantuvieron la calma y supieron resistir el embate que tuvo más de desesperado que de efectivo de parte de los liberteños. Fue derrota y no mucho más, tras una docena de partidos bien jugados llegó uno que lo tuvo como en el arranque de la competencia, distante del aro, peleado con los sistemas habituales.

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