Comenzando a transitar su segunda década de vida, la institución mantenía el empuje de los visionarios que habían dato el puntapié inicial. Es así que en 1925, se adquiere un terreno conformado por las manzanas N° 86, 88, 105 y 106, abonando 5.250 pesos por el espacio donde actualmente sigue estando el club.
El crecimiento de la ciudad también iba acompañando las acciones deportivas que, ya con un espacio propio, comenzaban a pensar en sumarle una tribuna. La obra fue impactante, comenzando en 1927 y culminándose al año siguiente. Para resaltar la importancia y trascendencia de la misma, cabe mencionar que no solamente ha sido declarada a nivel local como Patrimonio Histórico en el año 2009 sino que el propio Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino la visitó en 2006 y destacó como una de las pocas de su tipo que permanecen en pie y aún utilizándose en Sudamérica.
De esta forma, en 1928 queda concretado el campo deportivo, con espacio para los atletas y espectadores, dos canchas de fútbol, pista para bicicletas y canchas de tenis.
La nueva década trae consigo importantes cambios, incorporando la práctica de tenis y se inicia el camino de la natación, invirtiendo 3195 pesos para construir en 1932 una pileta de 7 metros de ancho por 20 de largo. Además se da una modificación histórica: se cambia el nombre original de Club Foot Ball Libertad por el de Club Deportivo Libertad. También se suma la práctica del básquetbol.
En el año 1938 se inaugura el velódromo de Libertad, con 34 corredores en dos categorías. Pero ese es también el año del boxeo, disciplina que daría mucho que hablar y que ya en el tramo final de ese año tiene su primer combate oficial en la institución.
El crecimiento no se detiene, las ideas siguen fluyendo y al deporte se le anexa la mirada socio cultural, aprobándose en el Cine Plaza la construcción de una pista de baile, que tendrá 14 metros por 16 de ancho, estimándose un costo de dos pesos el metro cuadrado de mosaico. También se compran 100 mesas y 400 sillas a la Cervecería San Carlos.
Para ese entonces, la entidad acusaba 212 socios en total, siendo 36 vitalicios, 117 activos y 59 cadetes.
La pileta, una verdadera revolución
La puesta en funcionamiento de la pileta aurinegra fue una revolución que convulsionó Sunchales y la región. El control sanitario para los bañistas era muy riguroso y las sanciones importantes; además se establecían días de uso acorde al sexo, por ejemplo los martes y viernes eran de uso exclusivo de las mujeres en tanto que los restantes podían ser mixtos.
Así lo reflejó «La Lucha», de Luis Feldman Josín, el 3 de diciembre de 1932:
¡Todo el mundo a la pileta!
No se trata, como pudiera pensarlo cualquier desprevenido lector, de algo que tenga relación directa o indirecta con la crisis imperante. ¡Demasiado se encargan ya los vencimientos de recordárnosla! El tema es más amable, mucho más amable, sobre todo si tenemos en cuenta el calorcito de estos últimos días.
Se trata de la pileta de natación que el progresista Club Libertad, merced al esfuerzo decidido de algunos socios, en primer término el Dr. Raúl T. Michelini y los señores Antonio Figueroa hijo y Juan B. Busso Olocco, está construyendo en su hermoso campo deportivo y a la cual, una vez terminada, todo Sunchales irá a buscar frescura y ejercicio.
Correspondía al Club Libertad, sin duda, la realización de esta iniciativa tan simpática, beneficiosa. Institución de más de veinte años de vida, con un campo de deportes que constituye un ponderable esfuerzo, era lógico esperar de ella esta nueva muestra de compromiso para marchar a tono del adelanto general de Sunchales.
Para Navidad o Año Nuevo quedará inaugurada la pileta de natación a la que venimos refiriéndonos. El regalo ha despertado la codicia de todos, grandes y chicos, que ven en el la materialización de un deseo largamente acariciado.
Preparémonos pues, a cumplir la reconfortante orden que nos sirve de título y que al mismo tiempo aprovechemos para compartir en comunidad.
Visita de Luis Ángel Firpo, sorpresa y nuevo proyecto
Cuenta la historia que el reconocido Luis Ángel Firpo viajó a Ceres para visitar campos de sus familiares. La formación del tren Mitre paraba 15 minutos en nuestra ciudad. Cuando la locomotora para y la gente se baja del tren, a Firpo le llamó la atención del gran movimiento existente, a punto tal que al arribar a Buenos Aires, le hace el comentario a don Alfredo Luna, por ese tiempo, su amigo y consejero de boxeo.
De inmediato surge la posibilidad de emprender algo en Sunchales y es así como el 21 de enero de 1940, pisa la ciudad el campeón argentino de boxeo, Víctor Castillo, a quien traen por tierra desde Santa Fe en una «Vituré». Esa noche le gana por puntos a Félix Saya en un ring ubicado frente a la tribuna.
Al mes, vuelve para ganarle por puntos a Alfredo Capiello y permite que el box se desarrolle. El 12 de agosto de 1940 se suma también una página dorada con el ciclismo internacional como protagonista, permitiendo así que también trascendiera el nombre de Sunchales, como lo fue también con la participación de los midgets, que usaban el mismo predio en una historia de actividades diversas que ya no se detendría más.
Fuente: Libro del Centenario del club Deportivo Libertad (2010).