Sunchales y la necesidad de reencontrarse

Nuestra ciudad ha tenido grandes hitos a lo largo de sus 137 años de vida. A partir de aquel tercer y definitivo intento de Colonización, desde estas tierras han salido grandes triunfos en múltiples áreas.

Sunchales debiera ser un espacio agradecido a su historia. Cuenta con muchas personalidades destacadas, así como también empresas y emprendimientos diversos que permitieron que nuestro nombre trascienda fronteras a lo largo de los años y las décadas. Sin embargo, poco de eso se valoriza actualmente.

Nos cuesta mucho mirar hacia atrás. Aún con entusiasmo, nos resulta harto difícil intentar leernos, buscarnos, estudiarnos… casi no contamos con elementos históricos y aquellos que pueden servirnos como utensilios válidos para dicha tarea se encuentran resguardados desde hace años sin que se pueda acceder a los mismos.

¿Cómo puede una sociedad conocerse si se desconoce a sí misma? ¿Cómo puede saber por dónde transita su futuro si sus cimientos se encuentran fuera de su vista? Pensemos en tan solo dos hitos representativos de la historia local: el Fortín y el Museo. Hoy en día el primero se encuentra prácticamente «a la buena de Dios», sin un programa estable de fomento y mantenimiento (más allá del encomiable esfuerzo que pusieron al amadrinarlo las docentes jubiladas); el segundo, en tanto, tendrá por estas horas su reinauguración tras años de ocultismo (y le daremos un claro voto de confianza a lo que pueda ofrecer aunque la Casona de don Carlos se haya alejado de ese rol, mutando su sentido a otro más moderno).

¿Alcanza? Con seguridad podemos decir: no.

Alumnos de la localidad de Arrufó visitando el Museo Municipal, septiembre de 1985 (Foto: Museo y Archivo Histórico Municipal).

¿Cómo «nos vendemos»?

Aquí tenemos otra deuda de difícil cancelación. En los últimos días, la ciudad recibió a miles de visitantes provenientes de numerosas provincias. En otro contexto, hubiera sido el escenario ideal para tentarlos a regresar mostrándoles las bondades de la ciudad y todo su potencial, sin embargo… sólo esfuerzo privado, ni una idea sensata se tuvo para «vender» a Sunchales, aún cuando durante cuatro días, los asistentes se encontraban con tiempo disponible y avidez de llenarlo con actividades desde la Oficina de Turismo (inaugurada para el aniversario 135) o el área de Promoción Territorial o aquella que estuviera más a mano.

En la ciudad supo vivir Walter Lemos, Luis Feldman Josín, Vicente Bautista Mitri… tuvimos fábrica de chapas de automóviles, electrodomésticos, varias de implementos agrícolas… hoy resulta complejo encontrar alguna referencia concreta de todo esto. Si en esta enumeración se mantienen al margen Alfredo Rotania y Vicente Cipolatti, mucho tiene que ver el interés de privados que llenaron vacíos.

¡Si hasta los nombres de aquellas calles que referencian a los propios sunchalenses están mal escritas!

Sunchales necesita reinventarse pero no comenzando de cero sino retomando el camino que trazaron nuestros antecesores. Hoy se están desarrollando en simultáneo elementos que nos volverán a poner en el centro de la atención: impulsores locales están presentando automóviles construidos aquí, también hacemos aviones; tenemos a la primera mujer en ganar un Premio Gardel, humoristas consagrados, deportistas que son reverenciados en otras partes del planeta, estudiantes reconocidos, héroes de Malvinas…

Evidentemente, el «ser sunchalense» goza de excelente salud. No debemos seguir dejando pasar tiempo sin definir nuestro rol, asistiendo impávidos a cómo otros puntos de la región toman posiciones y se adelantan estratégicamente con mucho menos potencial.

Así se referenciaba a Sunchales en un sitio de turismo.

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