Ciudad Verde, un oasis

¿Qué es un oasis? Llamamos oasis a los sitios con vegetación y a veces con manantiales, como los que se encuentran aislados en los desiertos arenosos de África y Asia. También denominamos así a una tregua, un descanso, refugio en las penalidades o contratiempos de la vida. Un oasis nos da idea de tranquilidad, placidez, serenidad.

Internarnos en Ciudad Verde a la vera de la Ruta 34 es como penetrar a un universo especial, pleno de verdor, frescura, con el anhelado sosiego que no permiten las grandes urbes y nos ubicamos lejos del sólido cemento que con los grises enturbia aquellos tonos que expresan su armonía natural.

Sunchales ha crecido en su ejido urbano y muchos habitantes amplían los límites extendiendo el plano hacia rincones que antes parecían lejanos y hoy se encuentran llenos de vida, con edificaciones nuevas donde se albergan jóvenes familias con niños felices de retozar en terrenos abiertos.

Ciudad Verde se ubica aún más allá, en una zona privilegiada que verá crecer, además de su edificación, la presencia cultural de un universo educativo que contiene ya al Instituto Cooperativo de Enseñanza Superior (ICES), mientras aguarda los planos y los muros que ubicarán las carreras universitarias dependientes de la UNL de Santa Fe, según los compromisos asumidos a partir de la cesión del terreno municipal.

Cercano, el espacio interreligioso nos expresa el vínculo de los cultos y las creencias; un hito casi único en el mundo. En este universo pleno de complejidades, desentendimientos y una feroz guerra que lacera los corazones y espanta a los demás países, nos enorgullece el hecho de contar en Sunchales con tal evidencia de discernimiento y concordia. Los nombres de muchas mujeres en las calles revela el justo homenaje por la labor cumplida. Desde “Pioneras de la Colonización”, la memoria va abrazando esferas, además de la cronología del pasado lejano y el más reciente.

Una profusión de árboles para sombra y ornamentación, además de las especies florales con que cada familia realza el frente o el patio de su vivienda, nos hablan de buen gusto, de ornamento vital para embellecer el lugar en su conjunto. La primavera va explotando en cada rama y el invierno se vislumbra en franca retirada. Los troncos desnudos de ayer se van vistiendo con sus mejores galas.

Los espacios para solaz de los niños congregan también a los padres en días no laborables. Familias reunidas, ojos atentos frente a los juegos, charlas amenas, representan un oasis inmerso dentro del oasis mayor. Los colores explotan con tonos vitales y el conjunto conforma un cuadro natural para guardar en las retinas y en el alma.

Paso a paso, los muros van adquiriendo altura, semana tras semana. Lo que ayer era una ilusión, hoy es un plano y los cimientos desnudos reclaman más peso para seguir sosteniendo el universo de lo que será un hogar. Generalmente, los días feriados demandan un recorrido, un control para alimentar la visión del futuro materializado en linaje reunido, techo propio; años del porvenir para escribir la trayectoria cotidiana.

Estirpe de gente laboriosa y emprendedora. Es obra de los visionarios que vislumbraron el futuro en ese ámbito. Es el mañana universitario. Son las religiones sin desavenencias. Es Ciudad Verde, un oasis. Es Sunchales.

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