Las felicitaciones no alcanzan

La Biblioteca de Alejandría fue una de las más importantes y prestigiosas, así como uno de los mayores centros de difusión del conocimiento en la antigüedad, instituida en el siglo III antes de Cristo en ese complejo palaciego. La librería El Ateneo de Buenos Aires nos acerca una imagen casi similar que nos atrapa como visitantes y demora nuestro recorrido con expresión de asombro y complacencia.

¿Necesitamos retroceder al pasado o desplazarnos hasta la Capital Federal para hallar bibliotecas espléndidas, con un patrimonio sorprendente que nos retiene y asombra? Sunchales cuenta con un caudal exquisito de libros acumulados en los edificios escolares y en la Biblioteca Alberdi, con su historial más antiguo por haber sido engendrada por el Socialismo, cuando este lugar era apenas un pueblo.

Pero hay una juvenil, lozana y exuberante ubicada en el edificio educativo que cumplirá 70 años próximamente. La escuela N° 6388 “Juan B. V. Mitri”, situada en Lisandro de la Torre 475 siempre contó con una biblioteca en su ámbito, pero a partir del 8/8/2007 cumplió con su clara ambición de convertirse en Popular, inscripta en la Comisión de Bibliotecas Populares a Nivel Nacional. Llevando el nombre de Lisandro de la Torre asoma un faro cultural dirigiendo su fulgor hacia el barrio donde se halla inserta pero trasciende los límites abarcando la comunidad en su conjunto. Tiene edificio propio y el contenido expande todas las expectativas.

Internarnos en sus dos ámbitos cómodos, amplios y placenteros origina sentirnos atrapados por las ofertas multifacéticas. Nada falta, la diversidad y su riqueza es total, para todas las edades, todos los requerimientos y las apetencias. Un sinnúmero de colores y tamaños, la multiplicidad temática y la presentación ordenada, ubicando a los textos en numerosos y variados anaqueles, todo nos atrapa, emociona y agrada en un nivel superior.

El rincón de los más pequeños, con su amplia alfombra roja y los almohadones para desplegar en ellos la comodidad infantil, enternece por la dedicación especial y el libre albedrío que le permite a los niños leer acostados, sentados, complacidos y sin premisas obligadas.

Los alumnos hallan fuentes de consultas, juegos, numerosos entretenimientos diseminados en muebles atractivos, cómodos, propicios para estar ocupados allí mismo en un ambiente agradable, incitante, inspirador para entretener y enseñar según el tema requerido.

Y no únicamente los alumnos. Todos los asociados estamos en facultad de servirnos de los textos para lectura o consulta. Incorporarlos al hogar para disfrutar de su contenido es convertirnos en lectores pasivos desde nuestra comodidad cotidiana, alejándonos un poco de la pantalla televisiva y de la obsesión por el celular.

Aún aspiran la extensión del local hacia la esquina del norte para dar mayor cabida y distribución de todo el acopio cultural que han sabido atesorar. Un sueño no tan difícil de concretar cuando existen comisiones activas, comprometidas, responsables y ambiciosas. Grupos de trabajo que se hacen acreedores de todo el apoyo y el aplauso sostenido.

Las felicitaciones no alcanzan. Conocerla tiene efecto multiplicador… ¿por qué no? Sueños, propósitos, trabajo, compras, donaciones… Una suma productiva que sin dudas incita a la imitación. Y los lectores, cumpliendo con el rol que les cabe de acrecentar su propia cultura, leer para recreación… y para dar el ejemplo frente a los niños del hogar porque, como afirmaba James Russell Lowell, poeta de EE.UU.,«Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra».

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