Para muchos, fue la consolidación del movimiento cooperativista, tener un banco propio para financiar proyectos productivos. Lamentablemente, la experiencia no prosperó y termina siendo un grato recuerdo para la comunidad. Basta con charlar con quienes ocuparon diferentes puestos en su estructura para encontrar un gran sentido de pertenencia generado hacia esta iniciativa en particular.
Como en varios de los desarrollos locales, el impulso devenido desde SanCor Cul y Sancor Seguros fue el motor a partir del cual se comenzó a pensar en esta alternativa. Luego de tomarse la decisión de crear el Banco Rural, éste debió esperar casi tres años para poder operar puesto que existía una limitante de las leyes vigentes que impedían su funcionamiento. En este aspecto fue determinante la intervención del por entonces Diputado Nacional Ángel O. Prece.
Así se iniciaría una experiencia que dejaría sucursales, edificios y un orgullo que aún hoy se sostiene más allá de su desaparición efectiva tras unificarse con otras entidades bancarias.
