Se cumplen 65 años del fallecimiento de don Alfredo Rotania


Impulsor de su taller particular, rápidamente logró que su nombre y el de la ciudad trascendieran fronteras para pasar a ser un referente indiscutido en su rubro. Hoy, en un nuevo aniversario de su fallecimiento, la ciudad toda le rinde tributo, consciente de la importancia que tuvo para el desarrollo urbano, laboral y de tantos otros aspectos en los cuales Sunchales aún hoy descansa.

Don Alfredo no solamente legó a la ciudad la primera cosechadora autopropulsada sino también una gran cantidad de herramientas, construcciones y un ejemplo que fue continuado y que permanece vigente en la memoria colectiva.

De esta forma, se lo describe en un fragmento del Libro del Cincuentenario:
No podríamos decir si sus inventos son el fruto de su capacidad o de su notable espíritu emprendedor, aunque hay algo de las dos virtudes que se unen a la fe, a la inmensa fe en el triunfo de la propia obra.

Autodidacta, conoció los halagos del triunfo, del legítimo triunfo, tal como el de ser consultado por ingenieros argentinos y extranjeros para poner en marcha una máquina que sólo movió sus pesados engranajes cuando Rotania intervino. Pero no nos precipitemos. Don Alfredo nació en Italia el 29 de enero de 1885. Vino al país en 1911. Inmediatamente instaló un pequeño taller mecánico y se ocupó del arreglo de implementos agrícolas. Estaba en esto, cuando el azar lo llevó a conocer el sabor del triunfo.

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