En la agobiante tarde de este domingo, Unión volvió a caer, en este caso, consumando ante Gimnasia y Esgrima de Gualeguaychú su 12ª derrota en 30 fechas de un Torneo Federal en donde pocas veces estuvo a la altura de lo que es la historia albiverde. Claro que por momentos se sostuvo en zona de clasificación y que incluso llegó a la parte final con chances ciertas de poder avanzar pero la realidad terminó colocándolo en una posición acorde a lo que fue el devenir albiverde por el certamen.
Ocurre que, más allá de lo públicamente afirmado por parte de los directivos, este fue un Unión gasolero en todo sentido, que se armó para sostener la categoría -objetivo que cumplió con creces- y que estuvo a partir de algunas individualidades, cerca de seguir aunque con el panorama de hoy, el rival habría sido Sol de Mayo de Viedma, el segundo de la Zona 1.
Gimnasia y Esgrima pudo llevarse a Entre Ríos el punto que estaba buscando para abrochar su clasificación, consiguiéndolo a partir de un tanto en contra de Jonatan Paiz cuando transcurrían 13 minutos del complemento.
Si bien para Unión matemáticamente no cambiaba el panorama con el resultado de hoy, seguramente todos habrían querido despedirse de su gente con una sonrisa.
Ahora, la dirigencia albiverde tendrá por delante bastante tiempo para analizar lo hecho, evaluar situaciones y actuar en consecuencia, tras un certamen en donde no se pudo ver al Bicho Verde donde habitualmente nos tiene acostumbrados. La buena noticia es que dispondrán de bastante tiempo para trazar nuevos objetivos, la mala -acaso para el hincha- es que el próximo campeonato, ese que siempre se espera para buscar revancha, ha quedado demasiado lejos en el futuro.
