Versos para una imagen

Griselda Bonafede y Diego Rosso, los responsables de la muestra que se exhibe en el Concejo.

El pasado 31 de mayo, en el recinto del Concejo Municipal, fuimos convocados, Diego Rosso, fotógrafo profesional, y yo a exponer la muestra de foto con poesías que venimos gestando desde hace un tiempo.

En la exposición contamos, aún con algunos baches de la memoria cómo se había iniciado este intento de resignificar la imagen y plasmarla en versos o no versos (lo decimos así porque podemos pensarlos desde el lugar que queramos).

Esto comienza un día cualquiera, cuando una imagen de Diego se presenta provocante ante el universo de interpretaciones; espontáneamente, surgen esos versos o no versos, como un puñado de emociones queriendo soltarse. A fin de cuentas, las agitaciones mueven a las personas a punto de creer que toda imagen les pertenece y que todo paisaje es suyo en la medida que se acomode a la sensibilidad de su ojo y de su voz.

Con deseo de ensamblar los gustos, nace la idea. Las miradas iguales o diversas podían ensamblar dos facetas y divertirnos con el resultado. Sería un espacio donde dejaríamos que vagabundearan las ideas y se expresaran.

Una sucesión de fotos convocaba cada semana y el recorrido por un mundo creado entre imagen y palabra se fue edificando. El desafío: ¿Qué veía el fotógrafo cuando captaba la imagen, más allá de ella misma? ¿Qué sonoridad y color de la palabra podía manifestarla? Y, sobre todo, ¿en qué lugar del retrato hay un ser humano presente o ausente?

En la muestra, explicamos que las fotografías son recortes de la ciudad; son retazos capturados del paisaje ciudadano revividos en poemas: una ventana, un cielo, un tren que se apresura, un can guardián, un árbol bifurcado, una silla, la ropa tendida y hasta un santo, despiertan la osadía de perpetuarlos en colores y voces. No escapan los espacios de poderes ciudadanos con sus vinculaciones.

Diego Rosso captura con su lente, lo simple, lo ignorado por repetitivo, lo cotidiano, lo que nos une, nos roza y nos pertenece y sobre todo aquello que la emoción permite sintetizar en una foto, luego la mirada poética trata de develar y revelar aquello que lo sustancia. Esta combinación es arte y es deseo. La intervención del artista es meramente intelectual, buscadora de sentidos.

El Concejo Municipal permitió colgar de una cuerda la intrepidez de dos personas que logran la simbiosis de imagen y poema, donde una cámara piensa en los versos y unos versos intentan explicar la imagen.

Fue una experiencia rica en significados, en devoluciones, en puntos de vista, en un reconocernos parte de la ciudad que nos contiene y a la que le podemos devolver con arte, lo que nos brinda. Agradecidos a todos quienes lo hicieron posible.

El ensamble de fotos-poemas es una diversión que nos hace felices.

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